Ni alarmismo como tampoco despreocupación. Ese puede ser el mejor lema a la hora de hablar de cómo debe reaccionar el país ante la posibilidad de que se detecten casos de Chikungunya, un virus que es transmitido por la picadura del mosquito Aedes aegypti infectado, el mismo vector del dengue, una enfermedad que se presenta en Colombia y en otras naciones más del continente americano.
La posibilidad de que el virus llegue a nuestro país es alta, dado que ya se confirmó un primer caso en Venezuela. Siendo tan extensa nuestra frontera con ese país y amplio el intercambio de mercancías y el tránsito de personas, no sería extraño, pues, que se presenten casos en nuestro territorio.
Ya desde noviembre el Ministerio de Salud alertó a todo el sistema de atención en salud respecto a esta probabilidad. Para ello se está haciendo seguimiento a personas que vienen de zonas del Caribe y llegan con síntomas compatibles. Afortunadamente todos esos casos sospechosos fueron descartados.
Esa vigilancia epidemiológica corresponde, en primer lugar, no sólo a las autoridades sino también a las instituciones prestadoras de servicios de salud, que desde marzo ya fueron alertadas de los protocolos a aplicar en caso de pacientes sospechosos de portar el virus.
Sin embargo, aquí lo más importante es que las personas en sus casas, sitios de trabajo y diario vivir sepan aplicar las medidas preventivas para evitar enfermarse.
Lo primero que debe hacerse en este caso es desarrollar una campaña de pedagogía entre la ciudadanía mucho más amplia, puesto que el Chikungunya es un virus que se puede considerar exótico en nuestro país e incluso su sintomatología puede confundirse, en una primera reacción a nivel familiar del paciente, con otras patologías.
A través de los medios de comunicación nacionales, regionales y locales, así como del mismo sistema de aseguramiento en salud, debe explicársele a la mayoría de los colombianos que este es un virus que generalmente dura entre cinco y siete días y se caracteriza por un brote súbito de fiebre, acompañado por dolor en las articulaciones o artritis severa de inicio agudo. Ataca primordialmente a personas que residen o han visitado áreas endémicas o epidémicas durante las dos semanas anteriores al inicio de los síntomas.
Afortunadamente, según el Ministerio de Salud, la mayoría de los pacientes se recuperan totalmente, pero en algunos casos la afectación de las articulaciones puede persistir de manera crónica. Aunque las complicaciones serias no son frecuentes, en el caso de adultos mayores, niños y embarazadas hay que estar muy atentos. También debe destacarse que rara vez es mortal.
Esa campaña de pedagogía ciudadana sobre la enfermedad en sí, también debe enfatizar en cómo se pueden disminuir los riesgos de diseminación de este virus en el país. Medidas que terminan siendo muy parecidas a las de prevención contra el dengue. Es decir: erradicando los criaderos del mosquito, manteniendo siempre tapados los elementos que almacenan agua y eliminando utensilios y basuras que recogen aguas lluvias.
Es claro, que el clima tropical y húmedo muy propio de muchas zonas de nuestro país es propicio para que el vector prolifere. Si bien se puede emprender una campaña de fumigación en las vías y espacios públicos, al final esta resulta ser una medida poco efectiva para eliminar los zancudos porque estos permanecen al interior de las viviendas, edificios y muebles caseros.
Como se dijo, aquí lo importante es la prevención en las casas y demás espacios cerrados de estudio y trabajo. Cada familia debe tomar consciencia sobre el riesgo y cómo atenuarlo.