Políticas y petróleo | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Junio de 2014

Se celebró anoche  en el Teatro Julio Mario Santo Domingo de Bogotá, una tertulia convocada por el Congreso y el Gobierno con personalidades de la vida nacional, dentro de los  homenajes que se han efectuado este año en el país en ocasión del centenario del natalicio del expresidente Alfonso López Michelsen.  Allí se hizo referencia al polémico caso de los derechos de Colombia y la devolución del Canal de Panamá, durante el gobierno del general Omar Torrijos. López se honraba de haber participado en la firma del Tratado Torrijos-Carter, por medio del cual se acuerda  la futura devolución del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos a ese país. López se familiariza con los asuntos internacionales y se mantenía  al tanto casi a diario de la evolución de la política externa en Washington o en La Habana de Fidel Castro, en la vecina Venezuela o de las potencias.

López se interesa en la política petrolera; como hombre de Estado entiende que uno de los temas más acuciosos de su tiempo es el del petróleo, no es posible industrializar el país, si con las divisas del café teníamos que salir a comprar en el mercado internacional petróleo. Cuando, precisamente, en el gobierno de Laureano Gómez, se había creado Ecopetrol para satisfacer las necesidades de combustible del país y pasar a darle valor agregado a nuestras exportaciones de ese rubro. Entre tanto, algunos  prominentes colombianos que se ocupaban de la política petrolera estatal, con miopía insistían que la política  del país se debía reducir a guardar el crudo en las entrañas de la tierra, pues consideraban que este mineral era muy escaso y que con el tiempo los países que lo conservaran serían los más ricos. Sin percatarse de que era aún mucho más costoso estar pobres con tal riqueza sin explotar e importar crudo y hacer desarrollo sin el valioso mineral  que teníamos en casa.

Como presidente, Alfonso López Michelsen llama a colaborar a destacadas figuras del conservatismo, en especial en el campo de la economía. Sobresalen en el Ministerio de Minas Eduardo del Hierro, Jaime García Parra y Miguel Urrutia Montoya. Su gobierno debe enfrentar la crisis petrolera mundial, en momentos en los cuales la producción no cubría nuestras inmediatas necesidades. Es cuando toma la decisión de recuperar para el país miles y miles de hectáreas que mantenían las multinacionales como reservas petroleras, en las que  no invertían ni se producía sísmica y por tanto no se encontraba petróleo. Modifica la política petrolera y avanza a los contratos de asociación del Estado y las empresas foráneas. Esa política se desarrolla dentro de un nacionalismo inteligente y la asociación con el capital extranjero, que aporta tecnología, facilita la explotación de lo nuestro, jugosas ganancias  y un gran impulso al desarrollo hasta nuestros días.

López consideraba con razón que los contratos de concesión les garantizan mayor seguridad a los inversionistas extranjeros y aseguran el desarrollo de la industria en el país. Es mediante esos convenios y estímulos que el país puede evitar que se repita la crisis y tenga que importar mañana combustible de no encontrar nuevos pozos. Esa noción de lo político y el petróleo prende las alarmas  en la actualidad cuando se presenta una caída en la producción petrolera, puesto que según cifras oficiales se calcula que en este año caerá la producción en 114.000 barriles diarios, para obtener un nivel de 981 mil barriles diarios. Cuando en el 2010 se había proyectado para este año una producción de 1.200.000 barriles diarios. Con la tasa de cambio a la baja por la revalorización del peso y el descenso en la inversión petrolera la situación amerita medidas excepcionales.