*Agoniza libre expresión
*La transición democrática
El llamado del Papa Francisco al gobierno venezolano contra la represión de los estudiantes que protestan en las calles, no consiguió su objetivo, ni las mismas recomendaciones del gobierno de los Estados Unidos, ni de la Unión Europea y de varios de los presidentes de nuestra región, fueron atendidas. Los llamados a la oposición resultaron infructuosos en cuanto respondieron que no se sentarían a hablar en tanto no se liberara a los dirigentes estudiantiles que siguen en prisión y los prisioneros políticos que como Leopoldo López, se encuentran detenidos a juicio de ellos de manera arbitraria, acusados de la muerte de personas que protestaban en las calles, cuando se denuncia que los abalearon fuerzas represivas. Los rumores sobre lo que pasa en Venezuela, aumentan cada vez más en la medida que el tamaño de los diarios disminuye, por cuanto no les dan a los propietarios de los medios los dólares para comprar papel. Esa situación adversa de la prensa reduce a los que antes eran grandes diarios a gacetillas, de muy pocas páginas, fuera de que están en vías de extinción cuando se acabe de manera dramática el papel. Las denuncias sobre cierre de emisoras, compras interesadas por adeptos del régimen, lo mismo que en la televisión, mantienen al país en confusión y en estado permanente de alarma, los ciudadanos usan las redes sociales para enterarse de lo que ocurre en su país o en medios del exterior.
Así que los rumores aumentan día a día, se dice que una parte de la familia del comandante Hugo Chávez, salió al exterior y que repudia los excesos de la fuerza pública contra jóvenes inocentes. Se especula sobre una división del Ejército y de la Guardia Nacional. En los Estados Unidos El Nuevo Herald informó que tres coroneles de la poderosa Guardia Nacional se insubordinaron y no aceptaron la orden de reprimir las protestas estudiantiles y populares, en Valencia y Caracas. Si bien se dice que lo mismo ha pasado en otras regiones. Lo grave del caso que reseña el diario estadounidense es que dichos oficiales, salieron de la órbita castrense de sus superiores y pasaron a la clandestinidad, sin que se sepa con cuantas armas y soldados se fueron. El intento que hiciera el gobierno del presidente Nicolás Maduro, de estimular y adelantar el carnaval, para parar las protestas y confundir a la oposición no resultó. Por el contrario, sirvió para mostrar cómo la animadversión popular crece y las playas se quedaron vacías, algunas con cruces en honor de los más de 20 muertos que han producido las protestas.
El asunto se torna más grave en tanto se sabe que los oficiales que recibieron la orden de detener a los coroneles insubordinados se negaron a cumplirla. Se especula que en otros cuarteles se han presentado hechos similares por cuenta de oficiales, suboficiales y soldados, puesto que entre los que protestan se encuentran parientes y amigos, así que se niegan a masacrar a los suyos.
Estas noticias se suman a otras que mencionan la salida apresurada del país de contratistas y elementos adictos al régimen. Así como indican la resolución inquebrantable del comandante Fidel Castro, de sostener a cualquier precio el gobierno de Maduro, que le garantiza el suministro de crudo y en donde se encuentran miles de milicianos y funcionarios cubanos que se han convertido en el sostén del gobierno.
En las calles y plazas de Venezuela los comandos de choque de las milicias chavistas intentan golpear a los que protestan y asaltan los barrios donde se concentran los adversarios del gobierno, lo que ha provocado que los vecinos se organicen y los enfrenten. Por lo que cada vez les resulta más arriesgado amedrentar a la población. Y el fenómeno que anotan cuantos han estado por estos días en Venezuela es que el país está semiparalizado. La situación del Estado Táchira es la de un país ocupado por tropas de paracaidistas, que provocaron en un momento dado el rechazo hasta del gobernador chavista del Estado. Mas la ocupación se prolonga y desgasta a los paracaidistas, que informan a sus familias que la situación es insostenible, por cuanto la población sufre los males de una revolución que malgastó los recursos y lleva a los extremos de la mendicidad a un pueblo al que le prometió la riqueza y la justicia social.
La presión de la población se torna irresistible y la protesta se extiende por todo el territorio de Venezuela. Es cuando el gobierno debe reflexionar y negociar para avanzar a la transición pacífica y democrática.