Los Nobel de Medicina y Física
La GPS del cerebro y la luz Led
La decisión de honrar con el Premio Nobel de Medicina al científico estadounidense John O'Keefe y a los noruegos May-Britt Moser y Edvard Moser, desafía la inteligencia de la sociedad internacional y abre apasionantes interrogantes sobre el futuro de la humanidad. Se trata, según el Secretario del Comité Nobel, de otorgar el codiciado honor “al descubrimiento básico de cómo funciona nuestro cerebro”. El galardón les da fama mundial a los autores, fuera del estímulo en metálico. Los descubrimientos recientes muestran que la investigación y creatividad de los expertos superan en ocasiones la ciencia ficción. Por siglos la humanidad se pregunta cómo opera la complejidad del cerebro en súbitas y diversas circunstancias, como a determinadas horas o en desafíos extremos y situaciones en las que se baja la guardia y las defensas se adormecen. La respuesta la tienen los nuevos ganadores del Nobel al descubrir un sistema que opera en el cerebro de los seres humanos y que han denominado “GPS de posicionamiento interno”, lo cual hace posible que podemos orientarnos en el espacio.
La respuesta de los científicos galardonados en Suecia a los interrogantes que sobre el cerebro se hacen de continuo los especialistas, y que solían quedar en la formulación, han despertado toda suerte de conjeturas y especulaciones sobre ese gran salto en el conocimiento del hombre y su significado para la humanidad. Puesto que el aporte es sorprendente y valiosísimo, al conseguir develar cómo opera el cerebro en el momento que va dibujando un mapa del espacio que nos rodea y cómo es posible orientarnos en un entorno complejo. El descubrimiento se da después de años y años de investigación de diversos autores que estudiaron el tema antes, sin alcanzar a conseguir la respuesta adecuada. Se conoce que en 1971, O'Keefe dejó saber que había hecho el hallazgo de los primeros componentes del sistema de navegación en el cerebro al realizar experimentos con ratas. Experimentos que por fortuna en su país a los científicos les está permitido realizar en beneficio de la humanidad. Es así como identifica un determinado tipo de neuronas que en el área del hipocampo se activan cuando una rata se encontraba en determinado lugar de un espacio. Lo que lo lleva a descubrir que otras neuronas diferentes a esas trabajaban cuando el animal se hallaba en distintos lugares del mismo entorno. Por lo que el investigador estadounidense concluye que dichas células de orientación en el cerebro formaban una especie de mapa de la habitación. Lo que le permite como al matemático e inventor Arquímedes, exclamar ¡Eureka!
En otro ámbito y tres décadas de distancia, el matrimonio científico de los Moser exploraban el tema del cerebro con genial dedicación que experimentan con ratas, descubren otros componentes cerebrales que son fundamentales para la orientación. La pareja matrimonial consigue delimitar un mapa de las conexiones del hipocampo y se topan con “un patrón de actividad en el cercano córtex entorrinal”. El fenómeno en su complejidad mostraba una suerte de aviso de neón en el interior del cerebro que activa, enciende o apaga algunas luces, según estímulos diversos. Unas células se activan cuando la rata pasa por distintos sitios ordenados en una grilla hexagonal. Al paso que consiguen, a su vez, constatar que cada una de las células se activa según un patrón común y único, en tanto se mueven en “células en red” lo que se constituían un sistema coordinado que permitía el desplazamiento espacial de otras células. Este circuito constituye una especie de “GPS interno” del cerebro. Por tanto, como sostienen los científicos: “El descubrimiento del sistema de posicionamiento del cerebro representa un cambio de paradigma de nuestro conocimiento acerca de cómo grupos de células especializadas trabajan juntas para ejecutar funciones cognitivas superiores”. Lo que abre nuevos caminos para la comprensión de otros procesos cognitivos, como la memoria, el pensamiento y el planeamiento.
En el campo de la física se otorgó el Premio Nobel a Samu Akasaki, de las universidades de Meijo y Nagoya, de Japón, Hiroshi Amano de la Universidad de Nagoya y Shuji Nakamura de la Universidad de California, Santa Bárbara, por la “invención de los diodos emisores de luz azul eficiente, que ha permitido fuentes de luz blanca brillantes y que ahorran energía”, investigación en la cual habían fracasado generaciones de predecesores. Se trata de las lámparas Led, que ahorran energía. El invento mejorará la calidad de vida en el planeta y permitirá que mediante el ahorro de energía se ahorren multimillonarias sumas de dinero. Los científicos afirman que el siglo XX se iluminó con bombillas incandescentes y el siglo XXI estará iluminado por lámparas Led. La mejor noticia es que estás lámparas se pueden utilizar con energía solar, lo que abarata aún más los costos.