Vuelve y juega. Una vez más los escenarios para una cita deportiva de primer orden en Colombia no se pudieron terminar a tiempo, dejando en evidencia que muchos de los cronogramas de ejecución de obras se quedan en el papel, afectando no solo los bienes y presupuestos públicos, sino también la calidad misma de los eventos atléticos.
Desde hace un año se venían prendiendo las alertas en torno a la preparación de los XXII Juegos Nacionales del Eje Cafetero 2023, sobre todo en lo relativo al ritmo de las obras de construcción y adecuación de los escenarios en donde se llevarán a cabo las competencias.
Sin embargo, las alertas parece que no dieron los resultados esperados y prueba de ello es que ayer la Procuraduría General advirtió que a menos de una semana para la inauguración de los Juegos Nacionales, la puesta en marcha de los escenarios deportivos “se rajó”.
Según el Ministerio Público, no se pudo culminar a tiempo el 40% de las obras programadas. Incluso se recordó que las visitas del Ministerio Público, iniciadas en noviembre del 2022, auguraron lo que sería el fracaso por no echar a rodar la infraestructura de las justas deportivas.
Hay casos alarmantes. Por ejemplo, las canchas de tenis de campo de Pereira o las adecuaciones en el coliseo mayor Jorge Arango Uribe de Manizales no llegan ni al 25% de ejecución…
Parece que el país no aprende de sus errores. No hay que olvidar que ya en 2015 las obras para los Juegos Nacionales en Ibagué terminaron imbuidos en un escándalo de corrupción y desgreño, que ha llevado a varios procesos, condenas y sanciones de orden penal, disciplinario y fiscal.
¿Cómo es posible que existiendo esa clase de antecedentes el país esté, de nuevo, ante un riesgo de fracaso de las justas deportivas nacionales porque no se pudo terminar a tiempo las obras? ¿Qué ha hecho el Ministerio del Deporte al respecto? ¿Cómo fue posible que desde meses atrás no se hubiera activado un plan de contingencia que evitara llegar al borde del inicio de las justas con muchos escenarios a medio terminar o adecuar?
Más allá de que el citado Ministerio, según la Procuraduría, haya activado un “plan B” para reemplazar las obras que no lleguen a estar listas para las competencias, hay una gran cantidad de recursos públicos en vilo. Es necesario que se establezcan las responsabilidades y se apliquen las sanciones a todo nivel.