Una vez más están encendidas las alarmas en torno a la donación de órganos en Colombia. La Defensoría del Pueblo, en el marco de la conmemoración del Día Mundial de los Pacientes Trasplantados, volvió a hacer un llamado urgente a la ciudadanía para que se sensibilice y tome conciencia acerca de la importancia de inscribirse como donante en Colombia.
Si bien es cierto que a partir de la Ley 1805 de 2016 todos los habitantes del país somos potenciales donantes de órganos y tejidos, salvo documento oficial que exprese lo contrario, ese mandato legal todavía va a medio camino, en gran parte por falta de pedagogía ciudadana al respecto, así como de la suficiente infraestructura y logística para un reto médico-sanitario de tan complejas dimensiones.
A hoy, la lista de personas que están a la espera de una donación de órganos continúa creciendo. De hecho, con corte al último día del año pasado, las estadísticas del Instituto Nacional de Salud (INS) daban cuenta de casi cuatro mil pacientes, la mayoría necesitando un riñón. Esto significa que respecto a 2022 este indicador aumentó en un 9,2 %.
Otras estadísticas señalan que el año anterior fueron trasplantadas en Colombia 1.394 personas, 1.090 de ellas fueron receptoras de órganos de donantes cadavéricos y 304 de personas vivas.
En los últimos años se ha tratado de avanzar en el fortalecimiento del Banco de Órganos, así como en la estructuración de la ruta de procedimiento para encontrar donantes, salvaguardar los órganos y tejidos, así como agilizar los trasplantes.
La última medida al respecto se dio precisamente este año, a través del decreto 0076 de 2024, mediante el cual se estableció la estructura del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos (Indtot) y sus respectivas funciones. Dicha entidad fue creada en el marco de la Ley del Plan Nacional de Desarrollo (2294 de 2023), como una entidad adscrita al Ministerio de Salud y Protección Social, con autonomía presupuestal y administrativa.
Es claro que, en medio de la crisis en el sistema de salud, la confianza y disposición de la ciudadanía a ser donante para incrementar los trasplantes de órganos y tejidos no ha aumentado. Es ahí en donde debe profundizarse la campaña de concientización para que todos los colombianos entiendan la importancia de este acto humanitario y de vital solidaridad.