Nubarrones de tormenta | El Nuevo Siglo
Sábado, 9 de Agosto de 2014

¿Vuelve la política de los cañones?

Rusia prohíbe compras en Occidente

 

La política internacional muestra en el firmamento nubarrones de tormenta que amenazan la paz mundial. En tanto los Estados y la mayoría de los gobernantes se muestran afines a la globalización y la cooperación, se esfuerzan por insistir en el entendimiento entre las naciones, se efectúan foros con especialistas y políticos en los cuales se consagra la paz como fin esencial de la política mundial, se firman acuerdos y tratados en ese sentido, que suelen provocar cierto optimismo entre los pueblos en cuanto a la cordura de sus dirigentes, las disensiones y conflictos  se multiplican y el peligro de la guerra aumenta con todos sus males. Las gentes se preguntan para qué sirven los tratados solemnes y los manifiestos de paz de las potencias, que contrastan con las decisiones de fuerza que toman casi al mismo tiempo que prometen excluir las armas de su agenda. ¿Cómo es posible que la palabra empeñada de los gobernantes a favor de la paz se convierta en flor de un día y se tomen determinaciones terribles que pretenden arreglar o cambiar el orden internacional por medio de los cañones? ¿Qué pasó con las promesas de paz y el articulado de la ONU que consagra bajo las bases de Kant, la paz perpetua y la protección de los derechos humanos? Lo cierto es que desde la II Guerra Mundial, cuando el mundo espantado se enteró de que dos bombas atómicas habían sido lanzadas desde el espacio por naves de los Estados Unidos sobre Japón, la humanidad comprendió que habíamos llegado a una etapa de la evolución tecnológica en la que la guerra podría destruir a la humanidad.

Es evidente que las relaciones diplomáticas están sujetas al vaivén de las circunstancias y la facultad de los gobernantes de respetar los cánones y compromisos internacionales, los que a su vez están ligados a los intereses de las sociedades y la ambición de los gobiernos por crecer, mantener su influjo y no dejarse arrollar por el más fuerte, así como otros aprovechar las debilidades del vecino y  actuar impunemente contra los que suponen más débiles. Ese ha sido por siglos el clásico juego del gato y el ratón. En estos momentos tenemos conflictos armados de distinta índole que van desde las “incursiones” de Israel contra los terroristas de Hamás, encriptados en los subterráneos de Gaza, que al principio se planteó como bombardeos casi que profilácticos, los que supuestamente con las nuevas tecnologías no afectarían a los civiles. En la práctica se repite lo contrario, como sucede desde los días primigenios cuando los guerreros lanzaban piedras contra el vecindario, han sido los civiles inermes los más golpeados.

 Las nubes se tornan más densas en la atmosfera internacional y el Premio Nobel de  Paz, Barack Obama, se ve forzado a intervenir de nuevo en Irak, cuando siempre se mostró contrario a la política de fuerza de su antecesor y se había comprometido en retirarse y no actuar de nuevo en bombardeos a ese país. La guerra ya no produce dividendos, explicó. Las noticias que nos llegan son alarmantes, el gobierno de los Estados Unidos inició ayer una serie de bombardeos selectivos, con la finalidad de proteger los intereses de su país, ligados al petróleo, dado que los yihadistas suníes del Estado Islámico Al, ganan terreno a velocidad de vértigo.  Al parecer, según la Casa Blanca, el comandante en jefe Obama, trata de neutralizar o abatir a las “fuerzas kurdas que defienden Erbil". Hasta el momento el avance de los yihadistas se ha tornado imparable para los defensores del gobierno de Irak, lo que pone en peligro la posesión misma de los ricos pozos de ese país. Desde un portaviones de los Estados Unidos despegaron los poderosos F/A-18 que, según el Pentágono, hicieron llover desde las alturas  bombas de 226 kilos guiadas por láser contra piezas de artillería cerca de Erbil.

Es la guerra de baja intensidad; con la diferencia de que Obama, al mismo tiempo ha dispuesto  que parta a Irak una misión humanitaria con alimentos y medicinas, que tiene como objetivo inmediata ayudar a los miembros de las minorías religiosas que están siendo atacados y eliminados por los  yihadistas suníes. Esta noticia gorda opaca de momento el aumento de las tensiones entre la UE y los Estados Unidos con Rusia. A las sanciones de los primeros Rusia ha respondido prohibiendo por un año la compra de alimentos a esos países. Lo que afectará la economía de la región y muestra la gravedad de la situación. Es la guerra  económica, que suele ser preludio de ulteriores confrontaciones bélicas.