Si bien es cierto que se mantiene el drama del paso de centenares de miles de migrantes ilegales, año tras año, por el Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, con destino a Estados Unidos, hay dos hechos en los últimos días que prenden las alarmas sobre una nueva realidad en el tratamiento de la que, sin duda, es la principal crisis humanitaria del continente.
Como se sabe, el año pasado cruzaron por la selva del Darién no menos de 550 000 personas, en su mayoría venezolanos y haitíanos, y en lo que va corrido de este 2025 el flujo de personas se ha ido incrementando. Muchas de las personas que logran sobrevivir al peligroso trayecto selvático, en donde están expuestos a robos, extorsiones, agresiones sexuales, ataques de grupos armados, así como a perderse en la manigua o ser abandonados a su suerte por los ‘coyotes’, llegan a campamentos humanitarios en territorio panameño en donde son auxiliados y de allí emprenden camino a lo largo de Centroamérica con miras a llegar a la frontera sur estadounidense.
Eso podría cambiar a partir de la elección de José Raúl Mulino como presidente de Panamá, el domingo pasado, quien a lo largo de su campaña insistió en que va a implementar una drástica política migratoria, sobre todo dirigida a disminuir al máximo el paso por la frontera colombiana. De hecho, prometió que va a “clausurar” el tráfico de migrantes por la zona, al tiempo que emprenderá una estrategia de deportaciones masivas.
Por otro lado, el gobierno Biden ha endurecido poco a poco sus políticas migratorias, al punto que esta semana el Departamento de Estado anunció que aplicará sanciones como la restricción de visas a directivos de compañías colombianas de transporte marítimo que facilitan la “migración irregular” por el Darién.
“Estas empresas se aprovechan de los migrantes irregulares vulnerables operando servicios concebidos principalmente para facilitar la migración irregular a Estados Unidos… Varias empresas que brindan transporte marítimo están facilitando conscientemente el movimiento irregular de migrantes y exponiéndolos a la explotación y la violencia”, precisaron las autoridades norteamericanas.
De igual manera, Washington ha advertido a varios gobiernos centroamericanos que también aplicará sanciones por no actuar de manera decidida para frenar los flujos migratorios ilegales.