- Los casos se dispararon en enero
- Redoblar estrategia de prevención
Mientras que aumenta a nivel mundial la preocupación por el coronavirus que se originó en China y que ya suma más de 14 mil contagiados, alrededor de 300 muertes y tiene casos confirmados en otras 23 naciones, en Colombia –en donde se han descartado varios pacientes sospechosos- se está registrando otra emergencia sanitaria que tiene prendidas todas las alarmas. Se trata de un pico en la epidemia de dengue, que si bien viene desarrollándose desde mayo del año pasado, ha tenido en enero un inusual incremento de casos.
Prueba de ello es el último Boletín Epidemiológico del Instituto Nacional de Salud, publicado días atrás, según el cual este año se ha registrado un aumento del 93 por ciento de presuntos casos de dengue en el país, pasando de un poco más de 6.200 al comienzo de 2019 a un volumen superior a los 12 mil en el arranque de 2020. Dado que cada paciente y muerte requieren de un proceso de comprobación, las cifras no son definitivas ya que entre ese global hay personas con probabilidad de estar contagiadas, otro tanto sin signos de alarma, un porcentaje que sí los presenta y un número restante con “dengue grave”. Cali, Valle, Tolima, Huila, Cesar, Santander, Meta, Barranquilla, Cundinamarca, entre otras, son las regiones más afectadas en tanto que se calculan no menos de 23 probables muertes por esta enfermedad en enero.
Dadas las alertas dadas por varios gobernadores y alcaldes, la Procuraduría General solicitó días atrás al Ministerio de Salud un informe sobre las acciones adelantadas frente al aumento de casos diagnosticados con dengue.
Es importante aclararle a la opinión pública varios aspectos de esta situación. En primer lugar, que el dengue es un mal endémico en América Latina. Incluso, en noviembre pasado la propia Organización Panamericana de la Salud (OPS) había advertido que esta enfermedad había alcanzado en el continente el mayor número de casos registrados en la historia, con más de 2,7 millones de reportes en lo corrido de 2019, incluyendo 22.127 casos graves y 1.206 muertes probables. Desde 2015 no se registraba un pico epidémico tan alto, aunque resulta alentador que el nivel de letalidad sí ha venido decreciendo. Brasil, dado su tamaño poblacional, tuvo el número más alto de contagiados en 2019, con más de dos millones de casos, seguido de México, con 213 mil; Nicaragua con 157 mil; Colombia con 106 mil, y Honduras con 96 mil. Como se dijo, estas cifras fueron dadas en noviembre con corte al mes de octubre.
Volviendo a la emergencia en Colombia, lo cierto es que cerró 2019 con más de 127 mil casos y un poco más de 90 muertes confirmadas, restando por establecer 56 más. El pico máximo de la actual epidemia se dio en julio pasado e incluso en estos momentos hay departamentos que están reportando un descenso en los casos. Sin embargo, hay más de una veintena en máxima alerta, sobre todo los de mayor incidencia de casos nuevos en enero pasado. La temporada seca y los efectos cada vez más lesivos y notorios del cambio climático en Colombia están entre los factores que explican lo ocurrido en el arranque de este año.
Frente a ello, tanto el Ministerio como los servicios seccionales y locales de salud han redoblado los mecanismos de prevención y atención de la emergencia, sobre todo en cuanto a combatir el principal vector de contagio, el mosquito Aedes aegypti, que crece y se desarrolla principalmente en las aguas estancadas. La destrucción de estas, un aumento de las fumigaciones en barrios y corregimientos, campañas de prevención en las comunidades así como un sistema de salud en situación de alerta para diagnosticar rápidamente y manejar de forma eficiente los casos clínicos confirmados de la enfermedad, hacen parte de esa estrategia de choque. La OPS es enfática en que los mensajes comunicacionales de las autoridades nacionales, regionales y locales deben centrarse en educar a la ciudadanía de las regiones más expuestas en la identificación de vectores de contagio y de los signos de alarma así como en la búsqueda de asistencia médica oportuna. Ahí está la clave.
Como se ve, si nos atenemos a lo que afirmó el Ministerio de Salud en torno a que (por ahora) es baja la probabilidad de que el coronavirus genere una emergencia sanitaria en Colombia, la prioridad en materia de salud pública debe ser concentrarse en darle la batalla a este pico en la epidemia del dengue que tiene a varias regiones en máxima alerta y sumando muertes lenta pero sostenidamente.