Una de las principales alertas de salud en todo el planeta en estos momentos tiene que ver con el aumento de la resistencia bacteriana a muchos de los antibióticos de uso común. Es decir, que los virus causantes de muchas enfermedades de alta recurrencia han aprendido a ‘defenderse’ de los compuestos y biológicos farmacéuticos con que se les combate de forma tradicional.
No es un hecho menor, por el contrario, varios estudios han recalcado que esta debería ser una de las mayores preocupaciones a nivel global, ya que puede aumentar de manera gradual las curvas de morbilidad y mortalidad por patologías que hasta ahora se han considerado de baja o mediana gravedad debido a la existencia de tratamientos antibióticos de fácil acceso.
El viernes pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio un nuevo campanazo al respecto, al advertir que durante la pandemia de covid-19 se produjo un “uso excesivo de antibióticos” en todo el planeta entre los pacientes hospitalizados por estar contagiados con el coronavirus. Se encontró ahora que pese a la administración de estos biológicos no mejoraron los resultados clínicos de los pacientes. Esto es un ejemplo típico, pero muy grave, de resistencia a los antimicrobianos provocada por las llamadas “superbacterias”.
El campanazo es más grave si se tiene en cuenta que, según la OMS, solo el 8 % de los pacientes hospitalizados por coronavirus tenían también infecciones bacterianas que podían tratarse con antibióticos.
Lo más complicado es que, de acuerdo a la rectora global de la salud, en ningún momento de la pandemia se recomendó el uso de antibióticos para tratar el coronavirus (COVID-19). Los expertos de la OMS son claros en señalar que desde un principio se precisó que se trataba de un virus y no de una bacteria, pero esa directriz no fue acatada en muchas partes del globo, esto en medio de la incertidumbre y el desespero del cuerpo médico por conseguir un tratamiento efectivo que frenara la curva exponencial de contagios y muertes por el coronavirus.
Hemos insistido en estas páginas que urge seguir sacando conclusiones sobre el plan de contingencia que se aplicó durante la crisis pandémica, sobre todo de cara a aplicar los correctivos para futuras emergencias, más aún en momentos en que la OMS impulsa un tratado mundial sobre cómo actuar en estos casos.