Lucha contra el microtráfico | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Agosto de 2015

Un negocio muy activo en las ciudades

Alertar sobre riesgos del consumo de narcóticos   

 

UNO  de los problemas graves en el mundo es la adicción a los narcóticos. Muchas décadas de lucha contra la producción y comercialización de alucinógenos y no se ha logrado erradicar este flagelo que es de impacto global. El narcotráfico es un delito del que se derivan muchos otros, como homicidios por encargo. En la década de los 90 los grandes carteles de la droga casi ponen en jaque al gobierno de la época. No obstante a la postre desaparecieron. Esto no quiere decir que el ilícito negocio se haya acabado o incluso disminuido. Las bandas criminales organizadas, asociadas con otros grupos al margen  de la ley y con traficantes de países como México, siguen correspondiendo a la demanda de estupefacientes de naciones desarrolladas como Estados Unidos, de Europa, Asia y otras partes del mundo.

En la sociedad actual de consumo, hedonista, con predominio de lo material, la juventud es independiente y con tendencia a que las cosas se den fácil, sin mayor esfuerzo, a veces cuando no alcanzan sus objetivos o se les dificulta la realización de alguna tarea compleja suelen recurrir a estimulantes. Es cuando empiezan por el alcohol, el cigarrillo, y luego pasan a las drogas para conseguir un escape de la realidad. Ahí puede ser el inicio de la adicción. Muchos prueban los narcóticos y les siguen gustando. Es un proceso que una vez arranca va a ser muy difícil frenarlo. En Colombia los narcóticos no son solo para exportación. El país se ha vuelto consumidor de toda clase de sustancias psicotrópicas. En todas las ciudades abundan las “ollas”. Hace unos meses el Gobierno se propuso erradicarlas y la Policía ha trabajo con denuedo en ese propósito. La cruzada contra estos antros incluye la extinción de dominio de inmuebles dedicados a este comercio ilícito.

La inducción en las drogas la realizan los ‘jíbaros’ que merodean en cercanía de centros educativos para iniciar a los estudiantes en el uso de narcóticos. Aunque las autoridades no descansan en su misión, los sitios de venta pululan. Ahora está en ejecución una ofensiva de la Fiscalía, y la Policía en todo el país contra las organizaciones de microtráfico de drogas, y han sido capturadas miles de personas incursas en este delito e incautadas toneladas de estupefacientes. Una buena estrategia el desmantelamiento de centenares de casas, donde se vendían narcóticos, en proximidad de universidades. Sorprende la cantidad de aprehendidos, lo que pone de manifiesto la cantidad de gente que está metida en esta actividad ilícita. Es una labor ardua de las autoridades que no deben cejar en su propósito de combatir el microtráfico que ha invadido las ciudades, con sus secuelas de muertes por vendettas, dominio de territorio y la creciente participación de menores de edad en las bandas delincuenciales que se dedican a la comercialización de estupefacientes.

El combate a las bandas del microtráfico no es fácil. Hoy, la tecnología también es utilizada para el delito. Por internet y celular se ofrecen bazuco, cocaína, pepas, marihuana. Es el negocio que algunos creen que es en pequeño, de ahí la denominación de ‘microtráfico’, pero no lo es tanto ya que mueve miles de millones de pesos. Y algunos grupos de familiares han conformado verdaderas ‘empresas’ que por muchos años se han mantenido en el negocio del microtráfico, que abastecen a los centros de venta. La determinación de emprender esta cruzada para desmantelar las organizaciones del microtráfico debe llevar a resultados positivos de acabar con los reductos donde se expenden drogas, como el de la calle del Bronx, en Bogotá y los de otras ciudades. Hay que recalcar un hecho relevante y es que mientras haya demanda de narcóticos habrá oferta. Siempre alguien estará dispuesto a correr el albur de obtener pingües ganancias a costa de grandes riesgos. Cómo será la ambición del dinero fácil que no faltan quienes se atreven a tratar de introducir sustancias alucinógenas en países donde existe la pena capital para este delito. Algo muy importante en esta lucha es insistir en las consecuencias derivadas del consumo de narcóticos. Generaciones de adictos perdidas, muchos muertos por sobredosis y todos los daños colaterales del narcotráfico. Una tarea compleja, pero no hay que desfallecer. En la campaña contra los traficantes se ha trabajado durante mucho tiempo y seguramente no habrá pausa. Como son dos partes: consumidores y quienes los abastecen, debería enfocarse hacia los primeros también la atención de los gobiernos, con políticas sociales, de salud que busquen concienciar de la necesidad de prescindir de estas dañinas sustancias. Hay muchas actividades que alejan del vicio, como el deporte, el estudio, el trabajo. El Estado y la empresa privada debiera proporcionar cada vez más oportunidades de empleo, de educación, e incentivar en todos los ámbitos la práctica de deportes para sustraer a potenciales consumidores del hábito de las drogas.