Prestigiosas revistas especializadas, que se dedican a los avances científicos más importantes del globo, destinan varias páginas a comentar los avances que mediante sus investigaciones para combatir la malaria y diversas enfermedades, ha conseguido el científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo. Se estima que desde 1865, hasta hoy nadie había avanzado tanto en ese campo, desde cuando Pasteur coronó sus investigaciones sobre la transmisión de la pebrina, enfermedad común a los gusanos de seda, al descubrir que el mal se relacionaba con la presencia de corpúsculos que aparecían en la puesta afectada por las hembras contaminadas. El científico reconoce una constante germinal en ese tipo de enfermedades, dado que las mismas penetran en el cuerpo humano por cuenta de los microorganismos patógenos. La vacuna de Pasteur les salvó la vida a millones de seres, que antes de sus descubrimientos morían de manera inevitable. Como consecuencia y dado el beneficio incalculable que el sabio le presta a la humanidad, se habla en la ciencia de un antes y un después de Pasteur.
Patarroyo, por cuenta de sus investigaciones ha sufrido verdaderas persecuciones y han tratado de frustrar sus experimentos. Los grandes monopolios, que manejan múltiples fármacos, han sido adversos al trabajo del científico colombiano, en cuanto al multiplicarse las vacunas químicas se podrá combatir una gran cantidad de enfermedades a precios irrisorios. Para la acreditada revista de los Estados Unidos Chemical Reviews, los logros de Patarroyo desbordan los alcances que se esperaban para combatir la malaria y se trasladan a otras enfermedades graves que aquejan a la humanidad. Por lo que, gracias a sus investigaciones, millones de seres del planeta se verán favorecidos por su aporte a la ciencia y la vacuna química. Puesto que, como reconoce Patarroyo, está en condiciones de seguir un método lógico y racional, para producir cualquier vacuna al aplicar una metodología fundamentalmente química. Con sencillez explica el famoso inmunólogo, que sus descubrimientos desde la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIIC) se centran en determinar los principios químicos que permitirían crear cientos de vacunas sintéticas para prevenir multitud de enfermedades infecciosas.