*Parte de victoria de Contraloría
*Freno a desangre de las regalías
EN entrevista exclusiva, en nuestra edición dominical, la contralora Sandra Morelli, quien cuando presentó su informe de gestión al Congreso fue aplaudida por los representantes de las distintas fuerzas políticas, pese a las controversia y reacciones que se producen casi a diario en los mismos entes del Estado por cuenta de sus investigaciones, afirma que no se va de Colombia y que afrontará las consecuencias de sus actos, que sigue reiterando son todos plegados a la ley.
Uno de los aspectos más llamativos de la entrevista fue el tema petrolero. Cuando la contralora Morelli llegó al cargo se encontró con que la vena rota de las finanzas públicas era la de la pérdida de miles y miles de millones de los recursos de las regalías. Al revisar los réditos de la bonanza petrolera en los últimos 15 años, según econometristas, con lo que se fue en las alforjas de la corrupción o de los malos manejos de las regalías se habrían hecho las grandes obras de infraestructura que reclama el país en las zonas de la periferia azotadas por la violencia, al tiempo que pudo financiarse el Metro para Bogotá, Cali, Barranquilla y otras ciudades. Es más, sobrarían recursos para invertir en educación, escuelas y puestos de salud en todo el país, lo mismo que para habilitar la navegación en el río Magdalena, y desde luego se pudo haber entregado una ayuda más cuantiosa a los desplazados por la violencia.
Ha sido una desgracia para Colombia la debilidad de los sistemas de control y la ineficacia administrativa de quienes han manejado las regalías. Por lo mismo una de las metas que se propuso la señora Morelli desde el primer día fue tratar de acabar con las pérdidas de estos dineros. Su decisión política y administrativa de modernizar los sistemas de control de la entidad y hacer seguimientos a los atentados que se presentaban contra los bienes públicos en las zonas petroleras, desató una reacción en contra de esa vigilancia fiscal y presiones indebidas de sectores políticos nacionales y regionales contra ella, lo que en vez de detener su acción la convenció de que ese era un tema prioritario para el país y un reto para la Contraloría. Hoy se siente orgullosa de haber cauterizado esa vena rota por la cual durante tantos años se perdieron gigantescos fondos estatales que tenían como destino inversión social.
Para la Contralora, lo primero que debe aclararse son los términos de explotación y exploración que debe pactar el Estado en las empresas asociadas, “pues no es fácil encontrar nuevos pozos pero también es cierto que no se han logrado buenos resultados, de tal manera que allí debiera haber un mayor cuidado en cómo se formula esa política, que también responde a criterios técnicos, para ver si hay lugar a un correctivo o si, por el contrario, se debe seguir por esa hoja de ruta”. Y lo que es fundamental, agrega Morelli, “siempre hemos planteado que el control de boca de pozo por parte de las autoridades mineras, sin lugar a dudas, es la mejor alternativa en lo que tiene que ver con las regalías”. Como se sabe, en Colombia una de las muestras del manejo leonino de la contratación minera y de la debilidad del control público ha sido que, en algunos casos, se ha permitido que no se sea en la boca de pozo sino al momento de la salida de la producción minera en los puertos cuando se haga el control.
Es de destacar la importancia del tercer punto que aduce la Contralora: el tema ambiental. Al respecto sostiene que ahora, ante el desafío de las nuevas tecnologías y de nuevos métodos de explotación, el organismo a su cargo busca que haya una evaluación profunda de cuáles serían los controles ambientales y la preservación de las futuras reservas. Frente a estos hechos, que han causado tantos trastornos en el país, los desvelos de la jefa del ente de control fiscal han producido notables resultados y beneficios para Colombia. Por tanto, afirma con orgullo, “le puedo decir que la pérdida de recursos de regalías, que lamentablemente tuvimos que presenciar con el régimen anterior, se acabó. Aquí no se van a encontrar esos hechos escandalosos, aquí se han suspendido alcaldes, gobernadores, se han dictado fallos condenatorios…”.
Quizás en estas breves palabras se condensa la esforzada tarea que ha cumplido la contralora Morelli en la defensa de la riqueza nacional, de la pulcritud administrativa y el castigo a los delincuentes de cuello blanco, quienes antes gozaban de impunidad cuando se trataba de desviar los fondos de las regalías.