- Duque proyectó terna de altas calidades
- Develar entramado corrupto, prioridad
Está todo dado para que mañana la Corte Suprema de Justicia elija al Fiscal General ad hoc que asumirá tres procesos derivados del caso de sobornos de la multinacional Odebrecht en Colombia, en los que tanto el fiscal general Néstor Humberto Martínez -el año pasado- como su vicefiscal, María Paulina Riveros -hace dos semanas- se declararon impedidos y el alto Tribunal aceptó sus argumentos para no conocer de esas investigaciones.
Consciente de la necesidad de dar continuidad a esos procesos y haciendo eco a las solicitudes que muchos sectores –incluido este Diario- hicieran a la Casa de Nariño en torno a la urgencia de confeccionar la terna para la designación del Fiscal ad hoc, el Presidente de la República anunció ayer la baraja de postulados. Una baraja que está compuesta por juristas de altas calidades que, desde ya, son garantía de transparencia y eficiencia jurídicas. Se trata de la actual magistrada de la Corte Suprema, Margarita Cabello Blanco; el decano ejecutivo de la facultad de Derecho de la Universidad Sergio Arboleda, Leonardo Espinosa Quintero; y la hoy Secretaria Jurídica de la Casa de Nariño, Clara María González Zabala. La trayectoria de cada uno de los ternados no tiene discusión, a tal punto que la mayoría de las reacciones ayer a su postulación recalcó que cualquiera de ellos tiene la suficiente experticia e idoneidad para asumir los tres procesos aludidos.
El turno ahora es para la Corte Suprema que, al tenor de lo dicho ayer por su Presidente, está decidida a elegir mañana mismo al Fiscal ad hoc y enviarle al país una señal contundente de la preeminencia de la institucionalidad seria y serena sobre ese ambiente de inestabilidad y nerviosismo permanentes que algunos sectores políticos quieren generar para afectar el propio rumbo de los procesos anticorrupción y sacar réditos non sanctos de distinta índole.
Aunque ayer algunas voces trataron de sembrar dudas sobre posibles reparos al proceso eleccionario en el alto Tribunal, lo cierto es que el pleno de los magistrados, en su leal saber y entender, sabrán sopesar la situación, evitando enredarse en un pulso de incisos que solo termina favoreciendo a las directivas de la cuestionada multinacional brasileña y sus cómplices en las coimas y las labores de ocultamiento de las mismas.
El nuevo Fiscal ad hoc tendrá muchos retos por delante. En principio es necesario recalcar que solo debe encargarse de tres procesos puntuales, en tanto el resto de causas penales seguirá en cabeza de los fiscales que, en un esfuerzo denodado y eficiente, han logrado poner al descubierto múltiples aristas del mayor escándalo de corrupción en Latinoamérica. Un escándalo en el que, como está quedando probado en Colombia, la multinacional ocultó a las autoridades de Estados Unidos, Brasil y Suiza el verdadero monto de los sobornos dados en nuestro país, razón por la cual su acuerdo con el Departamento de Justicia norteamericano está en la cuerda floja. No hay que olvidar que, tal y como lo explicó Martínez en el debate de la semana pasada en la plenaria del Senado, por esa misma eficiencia de la Fiscalía es que Colombia es la única nación que no ha firmado con la multinacional un acuerdo global de inmunidad penal, disciplinaria, fiscal y administrativa a los directivos de Odebrecht. Por el contrario, ya tienen órdenes de captura tres de ellos, en tanto que el monto de las coimas descubierto ya triplica lo que la compañía cuestionada ‘confesó’ en Estados Unidos.
No asomando ningún obstáculo cierto para que la Corte elija hoy al Fiscal ad hoc, debe planificarse desde ya cómo se estructurará la unidad de fiscales y demás investigadores judiciales que le colaborará en la instrucción de los tres procesos, que ya tienen a varios dirigentes, congresistas y ex funcionarios presos, con el fin de llevar los casos a juicio y que se castigue a los responsables, tanto nacionales como extranjeros. También deben generarse las necesarias sinergias con el resto de fiscales encargados de más de 15 líneas de investigación abiertas alrededor de este escándalo, de forma tal que sin afectar la autonomía de cada cual se establezcan modus operandi similares, dado que la multinacional tenía todo un mecanismo montado para hacerse con los contratos de obras públicas a nivel nacional, regional y local. No menos importante será evitar que la figura del Fiscal ad hoc sea mal entendida por algunos sectores, tratando de hacerla ver como una competencia del Fiscal General, quien salvo el impedimento para estos tres casos específicos, mantiene intactas todas sus facultades funcionales como jefe del ente acusador.
Como se dijo en anterior editorial, lo importante es llegar a la verdad del entramado de los sobornos y señalar responsabilidades claramente. Esa es la función del Fiscal ad hoc para estas tres causas penales puntuales. No hay tiempo que perder.