El foro La Obscenidad de la Corrupción, que tuvo como conferencista central a Edwy Plenel, un periodista que por años escribió y contribuyó a orientar Le Monde Diplomatique,se ha convertido en un fenómeno de la información digital con más de 100.000 secretores, que le permiten ser independiente y rechazar publicidad. La instalación del foro corrió por cuenta del expresidente Belisario Betancur, quien recordó su juventud estudiantil como precoz periodista en Antioquía y su lucha contra la dictadura, como su crucial desempeño como director de El Siglo. En tiempos en los cuales la libertad de informar se eclipsaba y se terminaba con los huesos en la cárcel por opinar y criticar al Gobierno. Al hablar sobre el periodismo digital e impreso se preguntó dónde estaba la responsabilidad en el medio digital y su relación con la libertad de informar, tema que abarcó Edwy Plenel al que se refirieron los panelistas.
Plenel mostró el camino que despierta credibilidad y es el de la verdad, que no es otro que el periodismo de denuncia, con el cual ha captado a su público. Se pretende por esa vía visualizar a los corruptos que se esconden tras sus millones, para revelar la manera como se enriquecen por medio del sigilo y la complicidad. Es en lo opaco y en lo sórdido donde se mueve el cáncer de la corrupción, por lo cual él estima que al hacer visibles al público a los que manipulan los hilos de la corrupción se obtiene una reacción de la sociedad, que es la que finalmente puede cambiar a los dirigentes y facilitar que los gobiernos limpien los establos de la componenda y el manejo de los dineros ilícitos.
Es evidente que la complejidad estriba en el fenómeno de estar envueltos en una sociedad convulsa y planetaria, que comienza a balbucear un nuevo lenguaje en construcción, en la que el profesional del periodismo escrito y en la red, al desempeñarse dentro de valores éticos inconmovibles obtiene credibilidad y apoyo colectivo.