La nueva Bogotá toma forma | El Nuevo Siglo
/Foto Metro de Bogotá
Martes, 22 de Octubre de 2024

Para cualquier ciudadano que recorre a diario la capital del país es claro que la urbe está dando pasos agigantados en infraestructura y tomando una nueva forma, más moderna y funcional. Muchos de los proyectos delineados e iniciados en la Administración Peñalosa, avanzados en la siguiente y ahora bajo el mandato de Carlos Fernando Galán, empiezan a culminarse o están suficientemente adelantados.

De esa “ciudad en obra”, con más de 480 frentes de construcción de vías, la primera línea del Metro, las troncales de Transmilenio, puentes, colegios, ciclorrutas, edificios públicos y demás proyectos, todos las cuales volvieron rutinario un panorama de barreras de polisombra en cada rincón de la ciudad y el agravamiento consecuente de la movilidad, poco a poco se ha ido pasando a la entrada en servicio o, por lo menos, la visualización de esa nueva infraestructura.

Esto genera optimismo en los habitantes, profundiza el sentido de pertenencia e incluso hace más llevaderos los trancones e inconvenientes derivados de tal ritmo de ejecución. Claro, sin desconocer que hay retrasos, problemas contractuales y hasta demoras causadas por temas geológicos y hallazgos arqueológicos.

Por ejemplo, las obras para la primera línea del Metro avanzan en casi un 41%. Cualquier ciudadano puede ver las 76 vigas capiteles, 3.123 pilotes, 217 apoyos y 167 dados terminados. También se está desatrasando el deprimido de la calle 72.

Por otra parte, resulta urgente acelerar cronogramas en proyectos como los del viaducto para el tren metropolitano, algunas estaciones de Transmilenio, la troncal de la 68, las obras de la Boyacá a partir de la calle 170 o las de la avenida Novena, entre otras.

Igualmente, hay que tener en cuenta que en el Plan de Desarrollo hay no menos de quince obras de alto impacto que deberían quedar adelantadas en este mandato. Hablamos de proyectos como la segunda línea del metro; Regiotram de Occidente; los cables aéreos con La Calera, San Cristóbal y Potosí; la ALO en sus tramos norte y sur; la ampliación de la calle 13; los anillos viales de comunicación con la Sabana, y avenidas internas como las de los Cerros o la Ferrocarril-Ciudad de Cali, entre otras.

Es evidente, entonces, que hay una nueva Bogotá en gestación. La ciudad, que genera más del 20% del PIB nacional, continúa modernizándose y mostrando una cara más cosmopolita y pujante. Pese a coyunturas políticas, económicas, sociales e institucionales, la urbe no se detiene y se ubica a la vanguardia en el escenario latinoamericano.