*Se fortalece oposición
*Resurge la esperanza
El mismo domingo que se celebraron las elecciones presidenciales en Colombia, en dos ciudades de Venezuela el pueblo salió a votar copiosamente. Las circunstancias eran muy diferentes y contrastaban, aquí las gentes estaban protegidas por unas Fuerzas Armadas imparciales, que garantizaron unas elecciones tranquilas, en las que el pueblo votó por quien quiso en la mayoría de los casos. En Venezuela las tropas ocupan militarmente San Cristóbal, lo mismo que el Estado Táchira. Los enfrentamientos han sido constantes y se habla de varios muertos y centenares de heridos en más de tres meses de protestas, que en vano el Gobierno intenta sofocar por la fuerza. La prensa en Colombia goza de plena libertad, así la mayoría de los medios de comunicación estuviesen por decisión propia por el oficialismo. En ambos países se cuenta con operarios eficientes que manejan la tecnología para hacer los escrutinios, los sistemas electorales en lo institucional son diferentes, más cuestionado el de Venezuela que el colombiano, en cuanto allí el candidato Capriles sostuvo que en las elecciones presidenciales le habían escamoteado el triunfo. Pidió que se hiciera un reconteo de votos para verificar con las planillas de las mesas de votación qué había pasado, lo que en principio aceptó verbalmente el Gobierno, para desdecirse posteriormente. Al tiempo que las autoridades electorales les negaban todos los recursos que una y otra vez intentó la oposición para esclarecer el asunto.
En Colombia el pueblo votó por una gama de candidatos que ofrecían distintas alternativas, en su mayoría de orden, con postulados de cambio moderados y viables. Aquí la mayoría de los canales de televisión y noticieros son privados, lo mismo que la radio y la prensa. Cada quien pudo manifestar sus preferencias y simpatías. En tanto que en el vecino país los medios de comunicación sobreviven de milagro, les niegan las divisas para comprar papel, lo mismo que la propaganda oficial y sufren toda suerte de presiones. La modalidad ahora es que los compran financistas adictos al Gobierno, como ocurrió con Globovisión y ahora con el diario El Universal.
Aquí los candidatos gozan de garantías y cuando es el del caso el Gobierno les garantiza la protección y vehículos blindados, mientras que en Venezuela la oposición es vejada por las milicias oficiales, sin que por ahora se presenten atentados contra los jefes de la oposición. La metodología consiste en conducirlos a prisión, como ocurrió con el alcalde de San Cristóbal, Daniel Cevallos, que está preso, razón por la cual se convocó a elecciones municipales. Las que revisten una gran importancia en cuanto es la ciudad emblemática en la cual estallaron las propuestas estudiantiles contra el Gobierno. El alcalde en ese momento, Daniel Cevallos, fue acusado de apoyar las protestas y con cualquier pretexto le detuvieron.
Ocupado militarmente el Estado Táchira y San Cristóbal la capital, con medidas de toque de queda y detenciones sumarias a diario, las posibilidades de la oposición de recobrar el poder local en unas elecciones eran mínimas, así tuviesen a favor la opinión de la mayoría de la población. Se optó por lanzar a Patricia Cevallos, esposa del alcalde detenido. Las gentes la acompañaron sin temor y asistían tumultuosamente a sus convocatorias, lo que produjo un entusiasmo contagioso y sus partidarios consiguieron un triunfo espectacular, pese a las presiones y amenazas y la situación adversa salieron en masa votar y le dieron 73,61% de los votos. Patricia, una joven y agraciada esposa, sin antecedentes mayores en política, al ganar y referirse al apoyo popular que la favoreció, expresó que esa ¨Es una respuesta firme, muy clara del pueblo que está alzando su voz de protesta, demostrando que hay un pueblo que exige respeto, justicia”. En el pasado su esposo había sido elegido con 82.000 votos y en esta ocasión en circunstancias tan adversas ella obtuvo 88.000, lo que denota que la población sigue firme en su demanda de una salida democrática a la crisis de gobernabilidad. Victoria que se interpreta como un plebiscito y una muestra de la voluntad por el cambio que une a la población.
En otros lugares del país se efectuaron elecciones locales con resultados similares, que favorecen a la oposición. Entre tanto los problemas económicos se multiplican en el día a día, no se consiguen pasajes para salir del país, empresas aéreas se van, dado que les deben más de US$ 4.000 millones. La inflación golpea los capitales, atenta contra los salarios y el desempleo cunde. A su vez, el Gobierno se esfuerza por alentar el diálogo con la oposición, que está dividida.