La cuestión social | El Nuevo Siglo
Viernes, 20 de Diciembre de 2013

Contaminación urbana y salud

Medicamentos y justicia

 

Así como se ha avanzado de manera sorprendente en las investigaciones y en los fármacos para combatir la enfermedad, con la finalidad de encontrarles a las viejas enfermedades que tanto daño les hicieron a los seres humanos, y rebajando su calidad de vida o despachándolos prematuramente al otro mundo, igualmente se destinan millonarias sumas para la investigación científica que debe atender los males de nuevas enfermedades que surgen de la vida moderna, los cambios en la alimentación, la densa concentración urbana, en ocasiones como hormigueros en algunas zonas citadinas.

 Los avances en otras áreas, los inventos modernos, generan a su vez dolencias antes desconocidas de la población por cuenta de la radiación, de cierto tipo de iluminación y elementos sintéticos que con su uso intensivo resultan letales para las personas. Está demostrado que en estas ciudades donde residen millones de habitantes se concentran diversos virus que en algunos casos son mutantes y por más que la ciencia trata de combatirlos consiguen sobrevivir en los peores ambientes y alimentarse en las aguas contaminadas, las basuras y los alimentos mal manipulados; las sociedades avanzadas toman medidas preventivas para combatir esos males. Se trata de atacar desde la raíz.

Lo primero es evitar la contaminación del medio ambiente, prohibir las fumigaciones altamente tóxicas y dañinas que por tratar de hacer bien terminan por contaminar los alimentos y producir graves males en los seres humanos y en los animales. Es elemental evitar en el campo en donde se cultiven alimentos que se formen aguas turbias que dan lugar a que los bichos las contaminen y se contaminen ellos, lo mismo que evitar que esas aguas, principalmente en los países menos desarrollados, se usen para rociar la vegetación. Exactamente es bien conocido por las autoridades y por las gentes de la más diversa condición, que las aguas del río Bogotá y de varios de sus afluentes están contaminadas, entre otras cosas de mercurio y otros muchos productos de alto riesgo que son desastrosos para la salud .

Esas mismas aguas del río Bogotá se utilizan en algunas ocasiones para regar las legumbres y esas mismas aguas turbias desembocan en el  río Magdalena y van a parar al mar causando un daño fatal a las aguas de esos ríos y del mar de donde se obtiene el pescado que posteriormente lo consume el público.

Por lo anterior y por la pésima manipulación de los alimentos por cuenta de los pescadores, los agricultores, los transportadores, el personal del mercado público de los que venden al mayor y de los minoristas como de los restaurantes populares y “elegantes” aumenta la proclividad a que se extiendan los peores quebrantos de salud. Bate Colombia el récord de seres que sufren enfermedades gastrointestinales, más toda suerte de dolencias e infecciones, algunas de suma gravedad, por esa irresponsable manipulación y conservación de los alimentos.

En el pasado los gobiernos locales y el Gobierno nacional hacían campañas para prevenir esos males que hoy se multiplican por la cantidad de negocios y de seres humanos que no solamente viven en las grandes ciudades, sino que se movilizan de un lugar a otro siendo portadores de enfermedades contagiosas. La mala educación y la falta de precauciones determinan que las personas se laven poco las manos, en especial muchas de las que trabajan con alimentos y tienen contacto con el grueso público. Los medios de comunicación debieran hacer campañas educativas y sanitarias entre los niños y la población de todas las edades para que se cumplan las normas preventivas de higiene como esa de lavarse las manos y cuando se estornude o lleguen accesos de tos usar pañuelo o tapaboca. Reglas de convivencia social que antes se enseñaban en la Urbanidad de Carreño.

La salud popular se ve afectada por la crisis hospitalaria y del sistema en el país, en cuanto no pocos de los enfermos dejan de ser atendidos en tanto sus males se agravan y, al final resulta más costoso para el Estado su atención. Para colmo las drogas que deben consumir estas personas para paliar sus males, sus dolores, o salir de la enfermedad, suelen ser demasiadas costosas.

El presidente Juan Manuel Santos y el Ministro de salud, Alejandro Gaviria, dieron a conocer un listado nuevo de 33 medicamentos que entran al sistema de control de precios, lo mismo que 70 fármacos nuevos, tratamientos que se incorporan al plan de salud a un precio controlado y por debajo de los abusos especulativos que están cometiendo algunas empresas e intermediarios, aprovechándose de la debilidad que aquejan los enfermos y asaltando sus magros recursos. Es de anotar que el propio presidente Juan Manuel Santos recordó que esta medida se corresponde con la que ya había tomado en junio de este año donde figuraban 195 medicamentos entre los más comunes de los que emplean los hospitales, EPS y laboratorios farmacéuticos.

El Gobierno considera que con estas medidas se favorece a la población y se cumple en materia de justicia social el mandato constitucional que dispone como deber del Estado proteger y colaborar para mejorar la salud de los colombianos.

 

 “El Gobierno considera que con estas medidas se favorece a la población y se cumple en materia de justicia social el mandato constitucional”