*Prohibido el humor en Ecuador
*Quieren asfixiar la prensa
Los más sutiles asesores de los dictadores y populistas que simulan participar en el libre juego democrático y electoral, les aconsejan a sus clientes que mantengan un remedo de prensa sin amordazar, una especie de rendija que permita saber qué piensan los que discrepan del gobierno... Les parece que para el manejo del Estado, sin importar la tendencia política a que se pertenezca, es mejor que las noticias salgan en los medios con relativa libertad, a quedarse en el rumor, la conseja y el chisme, que un clima de censura puede conducir a la desinformación no solamente al público, sino al mismo régimen. Un dictador de Bolivia le decía a su secretario cuando éste le insistía en comentarle las malas noticias, que él no las leía, que no se orientaba por la prensa, que tenía su propia manera de estudiar la realidad y guiarse por la intuición, sobra decir que sufrió una revuelta en su contra y terminó colgado de un farol.
En nuestro tiempo algunos gobiernos populistas de la región superan con su desprecio y persecución a los periodistas y caricaturistas, el despotismo de los gobiernos absolutistas y dictatoriales de tiempos ominosos. Al gobernante de Ecuador, Rafael Correa, lo saca de casillas que lo caricaturicen, no le gusta que los humoristas lo imiten o vean el lado risible de sus actos y maneras. Pretende que se multe a quienes se atreven a caricaturizarlo, considera que los humoristas son un arma peligrosa de la oposición. Por su condición de Jefe de Estado le parece que los medios deben adularlo, repetir sus mensajes y seguirlo. Lo que no comparten los humoristas que a diario desafían su vanidad herida. Como el gobierno intenta amaestrar la opinión, lo primero que requiere es de una prensa y unos medios de comunicación dóciles. Y para estar más seguro se apodera por diversos medios de los canales de televisión privados, de diarios y radios del país, hasta crear un poderoso monopolio oficial. Por ese sistema se busca avanzar al partido único. Aun así, una simple caricatura le indigna y pretende perseguir al autor. Allí se retrata la vanidad de algunos gobernantes, que encuentran jueces indignos que se prestan al juego y no vacilan en multar y perseguir a los periodistas y humoristas. Muy pronto van a sacar un código que diga: prohibido el humor.
Las noticias de la hermana República de Venezuela son deplorables, en el 2013, según el Instituto Prensa y Sociedad: siete diarios regionales venezolanos dejaron de circular al no obtener divisas por parte del gobierno, que tiene el monopolio de las mismas, sin las cuales no se puede importar el papel periódico. Apenas dos mediante ayudas de los colegas pudieron sobrevivir temporalmente, los otros cinco no han podido salir y sus trabajadores se encuentran en la calle. Los medios que han desaparecido son: El Sol de Maturín (Estado Monagas) y Antorcha (Estado Anzoátegui), mientras que El Oriental y La Verdad (Estado Monagas) no están circulando los fines de semana. El Nacional pudo verificar esta semana que también han dejado de circular El Guayanés, El Expreso y El Venezolano (Estado Bolívar). La desinformación en esas regiones es casi absoluta, nadie sabe lo que pasa, no se conocen las noticias regionales que no salen en los diarios de Caracas. Los rumores y las consejas mantienen en vilo la opinión. En los medios oficiales, como en la obra de Voltaire, se sostiene que están en el mejor de los mundos posibles. Mas la realidad es otra, las empresas se quiebran, el desabastecimiento los agobia y la miseria se propaga como la peste. La confusión reina, incluso entre los mismos agentes oficiales, confiesan en privado que no saben para dónde va el país ni qué pasará en el día a día.
El Secretario General del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Prensa, declara que: “15 de los 80 rotativos del país pueden correr la misma suerte a corto plazo si el gobierno nacional -que monopoliza la administración de divisas a través de un férreo control de cambio impuesto desde hace once años- no libera de inmediato los dólares para la compra de papel”.
Claro, los medios de comunicación oficiales no pasan por los trámites de los particulares para conseguir divisas, así que no tienen problema, lo que demuestra que existe la voluntad política de aniquilar la libertad de informar. Se estima por parte de los propietarios de diarios que no solamente están amenazados de salir de circulación, se destaca que por esa razón peligran más de 30.000 puestos de trabajo que éstos generan. En tanto un pueblo desinformado desespera en la oscuridad y la incertidumbre.