Los debates alrededor de la Inteligencia Artificial (IA), sobre todo ahora que se generalizó el acceso a múltiples aplicaciones, crecen día tras día, no solo por su impacto en las aulas y los ciclos de aprendizaje, sino por la forma en que se están utilizando estas herramientas tecnológicas para múltiples actividades del día a día.
Algunas agencias de prensa hicieron eco de un interesante debate que se dio en el marco de la Feria del Libro de Fráncfort en torno a la forma en que estos programas de inteligencia regenerativa digital producen textos literarios.
Para los escritores este es un tema muy complejo, ya que las aplicaciones de IA se alimentan de un universo de contenidos que está en la red, especialmente de infinidad de estos textos que terminan siendo copiados en su estilo, estructura sintáctica, temáticas y otras características puntuales del arte de las letras.
De hecho, tuvo mucha repercusión un experimento que se hizo en torno a pedirle a un programa de IA que redactara un texto con el estilo del célebre escritor Salman Rushdie, quien tomó notoriedad mundial por ser el autor del libro “Los versos satánicos”, lo que llevó al islamismo radical a declararlo como enemigo mortal.
De acuerdo con un reporte de la agencia AFP, se le presentó al escritor un texto corto escrito por un programa de IA al que se le pidió redactarlo con base en el “estilo” de Rushdie.
Tras revisarlo el autor señaló que las máquinas carecen todavía de inspiración para escribir novelas e incluso afirmó que, “lo que salió era para tirar (…). Quien haya leído 300 palabras de mi puño reconocerá inmediatamente que es imposible que eso sea mío (…)”.
Más allá de este hecho anecdótico, lo cierto es que la industria editorial a nivel mundial se encuentra en alerta por la forma en que la IA está impactando el universo de la creación literaria. De hecho, ya varios escritores muy famosos en todo el planeta han demandado a multinacionales de este tipo de aplicaciones, acusándolas de usar sus obras para crear ChatGPT sin respetar sus derechos de autor.
Incluso, ya se han realizado estudios en relación a cuál estilo literario es más fácil de copiar por estos programas para generar textos automáticamente, ya sean del orden científico, ficción, histórico, romántico y de múltiples características más.
Interesante debate este que, como se dijo anteriormente, apenas comienza. No solo está en juego el delicado asunto de los derechos de autor, sino sobre cuál es el móvil artístico y creativo que se puede atribuir a una persona que le pide a la IA que le genere contenidos con base en lo que ya está creado e inspirado por un ser humano.