Estados Unidos avanza
Modelo económico equivocado
Los informes de los organismos internacionales sobre asuntos económicos y financieros suelen ser un tanto ambiguos para dejar un margen de interpretación acomodaticia a futuro. El informe del FMI sobre nuestra región podría titularse de dos maneras, Inestable Estabilidad o Estabilidad Inestable, el FMI utilizó el último término para señalar que aún no se dan las condiciones para predicar que los países más desarrollados salieron de la crisis. Para el FMI en estos últimos seis meses la estabilidad ha mejorado en lo general en las economías más avanzadas, en tanto que, como consecuencia del deterioro de los primeros y la baja en la demanda de materias primas, pronostica un deterioro en las economías emergentes. Al modificar la política de la Reserva Federal de prestar dinero a bajos intereses, de la que se beneficiaron nuestros países y en particular los dirigentes de las altas finanzas, el dinero tiende a encarecer y hacer desarrollo cuesta más. Según el FMI llegó el momento para que los países emergentes dejen las muletas del dinero fácil. Esto obedece a que la economía de los Estados Unidos da muestras de mayor vigor y crece el optimismo inversionista. Los bancos en la zona euro han salido de cuidados intensivos y proceden a unificar sus capitales para la competitividad. Los capitales, en especial de los grandes fondos, siguen invirtiendo en los países emergentes, así dependan de las oportunidades globales.
El resultado económico de los Estados Unidos muestra signos positivos y constantes a la recuperación, el FMI estima que: “La transición paulatina hacia un crecimiento autosustentable está más avanzada en Estados Unidos, donde ya se pueden ver los primeros ‘brotes verdes’ de la recuperación económica”. Esto en contraste con Europa, en donde se requiere una política monetaria más firme y audaz. En un párrafo un tanto críptico, como de pitonisa, el FMI dice: “La transición a una mayor estabilidad financiera dista mucho de haber concluido, y aún no están dadas todas las condiciones necesarias para un sistema financiero estable, como lo evidencian los recientes episodios de turbulencia financiera. En los países más avanzados se pasa por una etapa de cautela, dados los problemas financieros que atravesaron varios países y empresas, así como la misma banca especulativa, ligada por lo general a la construcción y venta de inmuebles”.
Para el FMI, en otros apartes del informe: “la situación en países como la Argentina y Venezuela, que en ambos casos siguen los parámetros económicos del socialismo del siglo XXI, con mayor o menor énfasis, dejan el terreno conjetural para afirmar categóricamente: que la Argentina apenas estará por encima del estancamiento con un crecimiento de 0,5% este año y 1% en 2015, mientras que Venezuela, principal productor sudamericano de crudo, tendrá una contracción de 0,5% este año, y caerá aún más en 2015, -1%”. La situación se torna compleja en la medida que los recursos del Estado juegan un papel fundamental en la política, dados los compromisos sociales contraídos y que no se cumplen, en particular cuando las medidas económicas lesionan a la empresa privada, como el campo y la producción nativa. Lo peor es que bajo la promesa de conducir a la población al paraíso terrenal, se termina empujando a la clase media a la pobreza y los famélicos menos favorecidos a una muerte lenta. Siendo que hace apenas unas décadas nadaban en la abundancia y recibían emigrantes de todo el planeta en busca de fortuna. En ambos países se hace urgente un cambio político-económico. Es evidente que el sistema en Venezuela se hunde varios milímetros cada día, sin que las bayonetas puedan hacer brotar recursos donde el despilfarro los dilapidó, ni dar alimentos a los pobres cuando escasean los dólares y no se cancelan las deudas a los proveedores internacionales. El sistema de propiciar asaltos y pobladas contra los comercios, como de castigar a los productores y dejar avanzar la inflación más elevada del planeta, tomar por asalto las fincas y propiedades para favorecer el socialismo; al no castigar a los buitres de la corrupción, se cae en una trampa en la que el gobierno sigue atorado hasta la asfixia. La inseguridad ha llegado a tales extremos que los mismos bandidos y atracadores confiesan que en ocasiones otras bandas armadas los atacan para robarles el botín. Y Colombia parece un paraíso comparada con su vecino en apuros.