* Corte Suprema cumplió con todo rigor
* Los múltiples desafíos de Camargo
Una vez más las instituciones demuestran su vigencia en Colombia. La Corte Suprema de Justicia eligió ayer a la jurista Luz Adriana Camargo como Fiscal General de la Nación. Lo hizo en aplicación de sus facultades y bajo la más estricta rigurosidad, unas y otra propias del máximo tribunal jurisdiccional del país.
Fue un proceso bastante accidentado. En una situación inédita, el actual presidente de la República presentó la terna de candidatas con seis meses de antelación a la fecha de terminación del periodo de Francisco Barbosa. Dicha postulación la hizo en momentos en que tanto la Fiscalía como la Procuraduría, el Consejo Nacional Electoral y la Comisión de Acusaciones de la Cámara aceleraban sus pesquisas en torno la financiación de su campaña electoral en 2022 y mientras avanzaba la investigación a su hijo Nicolás por hechos conexos.
Apenas semanas después, sobrevino otro hecho atípico: en medio de rumores en torno a que una de las postuladas iniciales tenía afinidad con rivales políticos suyos, el jefe de Estado cambió intempestivamente la terna e incluyó a Camargo. Como era apenas obvio, esta circunstancia aumentó la prevención en torno a una posible politización del ente acusador.
Pero si la presentación de la baraja de candidatas generó controversia, el comienzo de la deliberación en la Corte Suprema empezó a verse afectado por presiones desde distintas instancias del Ejecutivo y sus huestes partidistas. Presiones que llegaron al punto más crítico a comienzos de febrero, cuando una turba, instigada por la ‘trinadera’ desde la propia Casa de Nariño, intentó ingresar al Palacio de Justicia porque en la sesión respectiva no eligió Fiscal y hubo de suceder a Barbosa la vicefiscal Marta Mancera, como lo señala la ley.
El asedio al máximo tribunal fue descalificado de inmediato no solo por la cúpula judicial, sino por el Congreso, la mayoría de los sectores políticos, sociales, gremiales e institucionales. Todos advirtieron que desde las más altas instancias del Ejecutivo se ponía en peligro la autonomía y separación de poderes, así como la institucionalidad constitucional y legal. Los únicos que avalaron la intentona de agresión a la Corte fueron algunos sectores del Pacto Histórico y voceros del sistema interamericano, en una postura ampliamente criticada y ajena al derecho público internacional. Ello mientras que desde Presidencia se trató, fallidamente, de relativizar la gravedad de lo ocurrido.
La forma en que todo el país rodeó a la Corte Suprema aplacó a los sectores que buscaban presionar la escogencia, lo que permitió que los 23 magistrados volvieran a concentrarse en la escogencia, con sucesivas sesiones y rondas de votación en donde el voto en blanco terminó primando, mientras las candidatas registraban altibajos en los apoyos. Incluso, una de las juristas alcanzó a sumar en determinado momento 13 votos, pero trascendieron unos trinos de su esposo en donde maltrataba a la Corte y los magistrados, lo que le hizo perder respaldos.
Al final, ayer, en la quinta sala citada para los efectos, se dio la elección: Luz Adriana Camargo, una jurista con todas las calidades y trayectoria para ocupar la jefatura del ente acusador. Se cumplió así todo el rigor normativo y procedimental, acorde con el imperio constitucional y legal colombianos. Incluso, serán los altos tribunales los que definirán si la renuncia a última hora de una de las ternadas pudo haber invalidado la elección que finalmente se concretó.
Como se dijo, Camargo es una profesional del derecho con una carrera de 35 años en la rama judicial. Abogada, especialista en Derecho Penal y Criminología, ha sido juez de instrucción criminal, fiscal delegada del circuito, fiscal auxiliar y fiscal delegada ante la Corte Suprema. También magistrada auxiliar de la Sala de Casación Penal del mismo tribunal. En el ámbito externo hizo parte de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala de la ONU, consultora de la CIDH y perita en litigios internacionales contra varios Estados. Una hoja de vida con todos los merecimientos.
En su audiencia ante los magistrados de la Corte, en noviembre pasado, expuso los flancos a corregir en materia de política criminal del Estado, proponiendo incluso líneas de acción referidas a enfoque territorial, análisis criminal con tecnología, fortalecimiento de rutas para víctimas y un rediseño de indicadores de gestión. Fue enfática en la autonomía e independencia de la Fiscalía frente a las demás ramas del poder público y la necesidad urgente de combatir la impunidad y morosidad judiciales para responder a la demanda de justicia pronta y eficaz por parte de la ciudadanía.
Así las cosas, Camargo asumirá en los próximos días como Fiscal General. Tiene muchos retos por delante, el principal de ellos es recuperar la confianza ciudadana e institucional en el ente acusador. Cada decisión que tome será un termómetro en ese objetivo.