El hecho de que la misma Fiscalía de Ecuador catalogara la operación “Metástasis”, llevada a cabo el jueves pasado y que desembocó en la detención de treinta personas, entre ellas un magistrado, jueces, fiscales y policías, como la más grande jamás realizada contra la “narcopolítica” en su país, pone de presente la cruzada en la que están embarcadas las autoridades del vecino país.
La operación, de acuerdo a la propia Fiscalía, es una “clara radiografía de cómo el narcotráfico se ha tomado las instituciones del Estado para a través del dinero mal habido operar desde instancias judiciales y políticas y lograr impunidad en algunos casos”.
Como se dijo, se trata de una acción judicial al más alto nivel, como se deriva de la captura del mismo presidente del Consejo de la Judicatura, que es el órgano encargado de administrar la función judicial en el país.
Las investigaciones derivaron luego de una de las más atroces masacres en centros carcelarios, que comenzó por el asesinato de un cabecilla narcotraficante en prisión el año pasado, razón por la cual hay desde guías penitenciarios hasta un general retirado bajo la lupa.
Tras el asesinato de un candidato presidencial a mediados de este año, crimen en el que todos los indicios conducen a una acción ordenada por carteles del narcotráfico en alianza con políticos, las autoridades ecuatorianas advirtieron que la corrupción había llegado hasta las más altas esferas y era necesario lanzar una cruzada sin cuartel para erradicar esta peligrosa infiltración.
Como se sabe, desde el gobierno de Guillermo Lasso y ahora bajo el de Daniel Noboa se está trabajando de forma intensa para combatir a las mafias locales y extranjeras que se han adueñado a sangre y fuego de los principales corredores del narcotráfico y la minería criminal. En asocio con bandas criminales y pandillas de alto espectro, también buscan dominar zonas portuarias con el fin de facilitar la salida de los cargamentos de droga por el océano Pacífico. Ello ha llevado a un aumento drástico de la curva de homicidios, atentados en varias provincias e incluso un clima de violencia permanente en los establecimientos carcelarios.
Lo importante, en todo caso, es que la Fiscalía reciba el apoyo de toda la institucionalidad en esta cruzada y que todos los poderes la rodeen contra el coletazo que muy seguramente sobrevendrá por parte de los actores de la narcopolítica.