EN el segundo país más poblado del mundo, India, se realizaron elecciones que se prolongaron durante varios días, en las cuales ejercieron su derecho al voto ochocientos millones de seres. Estos comicios generales fueron oportunidad para que se diera una concurrencia masiva a las urnas. La India es la democracia más grande del mundo. En habitantes sigue a la China, sin embargo, se avizora que en los próximos años supere a la gigante potencia comunista en demografía, ya que, contrario a Beijing, la tradición de los indios no es proclive a controles drásticos de la natalidad. Es evidente que debido a la población las jornadas electorales requieren muchísimo más tiempo para que la gente pueda votar. En esta ocasión se notó la fuerte influencia de la clase media que en los últimos años a aumentado de manera significativa. Se demostró el poder decisorio de este segmento cada vez mayor y que ahora va a exigir reformas profundas que son necesarias, en especial en el orden económico. India es un país gigantesco y que ha avanzado en tecnología, no obstante, existen amplios núcleos de la población que se debaten en la pobreza. Muchos se preguntarán que allí no son frecuentes protestas de los millones de pobres, que no se inmutan ante los contrastes de miseria de muchos frente a la opulencia de quienes han surgido y logrado amasar fortuna. No se trata de que sean resignados, es la tradición y la cultura en la que se dice que cada quien tiene lo que merece, es la razón de las castas. La India es una potencia emergente, sin embargo en diversas áreas hay subdesarrollo. La infraestructura industrial no responde a las exigencias actuales de la competencia universal. Se requiere construir autopistas con especificaciones modernas para agilizar el transporte de carga, en especial. Igual ocurre en puertos, suministro de agua potable, deficientes los servicios de electricidad, con continuos apagones, lo que quiere decir que la India aún está en construcción y se requiere darle un impulso definitivo que la ubique en lugar de vanguardia en el concierto mundial. Estas elecciones generales trajeron sorpresas. Triunfó el partido Bharatiya Janata Party (BJP), de tendencia conservadora, de Narenda Modi, quien se posesionará como nuevo primer ministro el lunes 26 de mayo. Fue derrotado de manera contundente el Partido del Congreso de la dinastía Gandhi, que presiden Sonia y Rahul Gandhi. Apenas logró 44 de las 543 bancas de la Cámara Baja del Parlamento. Bharatiya Janata obtuvo la mayoría absoluta. Al nuevo gobernante Narenda Modi le esperan retos monumentales que seguramente él y su partido sabrán sortear en su propósito de impulsar el crecimiento de la India, como lo alcanzaron en tres años de gestión en la costa noroccidental del país. Los indios votaron masivamente por Modi en la esperanza de que es quizá quien los conducirá por la ruta de un crecimiento sostenido. Es mucha la expectativa que ha despertado este rotundo cambio en la cabeza del gobierno y en el Parlamento de la India. Millones de personas confían en las realizaciones de este líder que llega con propósitos de realizar grandes cosas para un país grande en extensión, en historia y tradiciones. La India está llamada a dar el salto y ubicarse como una de las más grandes potencias del planeta. Y parece que las posibilidades son optimistas con la asunción al poder de Narenda Modi, y su grupo fuerte que va a dominar de manera total el Parlamento porque la victoria fue abrumadora. El pueblo indio se pronunció en favor de un desarrollo más acelerado que le dé un vuelco general a la política económica y traiga progreso para todo este inmenso territorio.