El español es hoy por hoy la segunda lengua materna a nivel mundial por detrás del chino mandarín. Se calcula que tiene no menos de 500 millones de hablantes nativos. A ello se suma que, de acuerdo al último reporte del Instituto Cervantes, no menos de 600 millones de personas, un 7,5% de la población mundial, "son usuarios potenciales" del idioma castellano, contando a quienes lo tienen como lengua materna, lo conocen un poco o lo están estudiando.
De hecho, en dicho reporte se señaló que había que estar alertas ya que la demografía de los hispanohablantes no subiría tanto como la de otros grupos idiomáticos. Se recalcó en ese aspecto que las tasas de natalidad en muchos países latinos han venido cayendo, lo que obviamente tiene un impacto sobre el volumen poblacional que habla este idioma.
Incluso se hizo un llamado a impulsar el uso del español en la ciencia, la comunicación científica y la tecnología, en aras de evitar el cada vez mayor uso de extranjerismos y dar un sentido de pertenencia mayor a los hablantes del castellano. Aunque el español es la tercera lengua más usada en internet, por detrás del inglés y el chino, se requiere reforzar ese posicionamiento.
En ese sentido, resulta alentador y positivo que, a diferencia de la marcada admisión de anglicismos y otros extranjerismos al idioma español, también se registre el fenómeno contrario.
Según lo indicó el Oxford English Dictionnary (OED), el principal referente de la lengua inglesa, términos como barrio, fiesta, siesta, guerrilla, macho, patio, plaza, machete, armada, vista, nada, reggaetón, galáctico o tiki-taka son algunos de los casi 2.000 hispanismos incluidos en el inventario idiomático británico.
La inclusión ya de 1.904 palabras de origen español en el citado diccionario es una muestra de la vigencia de nuestro idioma y de la forma en que los hablantes hispanos siguen utilizando sus términos aun cuando viven en países en donde predomina el inglés.
Incluso no deja de llamar la atención que, según los expertos del OED, se considera que el español tiene ocho variedades principales: castellano, el andaluz y el canario, en España; y el caribeño, el andino, el austral, el chileno y el mexicano-centroamericano, en América. De esas ocho zonas dialectales, esta última es la que posee mayor contacto histórico con el inglés.
Pese a ello, el español no es la lengua más ‘exportadora’ de palabras hacia el inglés, ya que el francés, e incluso el alemán, le tienen mucha ventaja.