Entuerto supera telenovelas
Histrionismo en la política
Según los mejor informados analistas de la política de Brasil, la morosidad de la justicia en la investigación sobre tráfico de influencias y contratos amañados en los que están comprometidas la cadena de cómplices de los funcionarios de Petrobras y varias firmas privadas, que se estima en un monto superior a los 4.000 millones de dólares, impidió que el estallido del escándalo le costara la derrota en las pasadas elecciones a la presidenta Dilma Rousseff, de quien sus críticos dicen que utilizó su cargo para movilizar amigos en el poder judicial con la finalidad de conseguir ganar tiempo en los tribunales. Aun así su contendor en la puja proselitista alcanzó a conformar la más poderosa fuerza de oposición de los últimos años, la misma que hoy reclama en todo el país que resplandezca la justicia en la oscuridad de ese túnel de complicidades donde consiguen la impunidad los funcionarios corruptos que desfalcan las arcas estatales. En la opinión pública crece la convicción de que se manipuló la información política y judicial para desconcertar a una gran masa de indecisos, los cuales votaron por la reelección, pero si hubieran sabido la gravedad del escándalo seguramente habrían apoyado a Aécio Neves. Este, en entrevista reciente que sacudió la arena política local, afirmó que perdió las elecciones no ante un partido político sino contra “una organización criminal que se instaló en el seno de algunas empresas brasileñas patrocinadas por ese grupo político que ahí está”.
Es público, y lo repiten a diario los medios de comunicación de Brasil, que la actual directora de Petrobras, Graça Foster, tuvo conocimiento desde hace años de las irregularidades en la empresa, desde cuando Rousseff era la presidenta de la Junta directiva de la petrolera. Fue mucho antes de que las investigaciones policiales descubrieran la red de corrupción del Partido de los Trabajadores (PT) enquistada en la empresa y que operaba como una mafia para desviar los recursos.
El bochornoso caso de corrupción en Petrobras atrae la atención de los brasileños como si se tratara de una telenovela más. En especial sorprende la capacidad histriónica de la Presidenta, que de negar durante la campaña los negociados de Petrobras e insistir en el tecnicismo y pulcritud de sus ejecutivos, ahora, con ocasión de su segunda posesión, se presenta como una especie de Juana de Arco que combatirá a fondo la corrupción. Postura discursiva que desató los duros cargos de Neves, a quien los jefes del PT le advierten que lo van a denunciar por calumnia. Situaciones como esta son las que determinan que algunos observadores consideren que todo este asunto degenerará en una comedia, puesto que la cúpula de ese partido está comprometida en esos ‘negocios’ desde el gobierno de Lula.
Es un hecho que una alta ejecutiva de Petrobras, Venina Velosa da Fonseca, trabajó con el exdirector de Abastecimiento de la empresa, Paulo Roberto Costa, una de las cabezas del asalto a los fondos de la empresa y del desvío de fondos públicos al partido de gobierno, el PT. La funcionaria denunció que en el área de comunicaciones se habían pagado 58 millones de reales (casi 22 millones de dólares) por servicios que en realidad nunca se habían realizado. “Un año después envió un correo a Foster advirtiendo que las obras de la refinería Abreu e Lima, en Pernambuco, se estaban encareciendo enormemente. Esa operación, considerada uno de las naves insignias de Petrobras, saltó de un presupuesto inicial de 1.500 millones de dólares a 6.700 millones”. Las denuncias que hizo la funcionaria a Foster y otros directivos le costaron un ominoso despido, al tiempo que la vida se le convirtió en un calvario y hasta amenazaron con crucificarla. Las directivas de Petrobras replican que las graves denuncias de la funcionaria fueron investigadas por auditorías internas y resultaron en despidos y medidas para frenar las irregularidades.
Al presentar la denuncia, el fiscal responsable del caso, Deltan Dallagnol, afirmó que las investigaciones realizadas hasta ahora revelaron “un gigantesco esquema criminal”, por lo que anunció que “todos los responsables serán castigados”.
La opinión pública está a la espera de que la justicia por fin actúe. Mientras tanto, los expertos adelantan que la denuncia contra Neves puede provocar que las masas de descontentos cierren filas a su favor y, entonces, la acusación se volvería como un bumerang contra la poderosa cúpula del PT.