* La largada de la revocatoria
* Drástico cambio de los escenarios en Bogotá
Cuando menos lo esperaba, el país conoció la noticia de que ayer el Registrador Nacional desestimó el sinnúmero de pruebas que había solicitado el Alcalde Mayor de Bogotá para anular su revocatoria y, por el contrario, dio vía libre a ese proceso en las urnas para el próximo febrero.
Con ello, el fallo disciplinario del Procurador, destituyendo e inhabilitando al burgomaestre, quedó a la expectativa de los procedimientos de notificación, impugnación y nueva decisión, que en general resultan términos de mayor tiempo que la ruta adoptada por el Registrador. Esto quiere decir, sin más, que la capital en medio de la creciente polarización que vive, deberá determinar, casi al inmediato plazo, si el Alcalde Mayor se va o se queda. La diferencia entre el fallo disciplinario del Procurador y la resolución del Registrador consiste en que al primero aún le falta mucho tiempo para estar en firme, mientras el segundo ya agotó todos los recursos. Así, Bogotá vive un escenario inédito nunca visto en la historia nacional. De hecho, es posible tener escenarios tan divergentes como que se adelante el proceso de revocatoria y el Alcalde gane, pero sea sometido posteriormente a la destitución en firme, o que pierda la revocatoria y también la pelea jurídica ante la Procuraduría. También puede ocurrir que el Ministerio Público falle definitivamente en mitad de la justa de revocatoria. En el intermedio, pueden presentarse múltiples escenarios, entendido que inclusive hay participación internacional en la materia. El galimatías, aún institucional, está en que se enfrentará un hecho jurídico con un hecho político, cobijados ambos por el principio de legalidad.
En todo caso, el episodio mondo y lirondo, es que Bogotá se apresta a una de las más decisivas determinaciones de su historia. No hay duda, ciertamente, de que la campaña por el SI o el NO a la revocatoria se ha iniciado desde ya, entendido que las urnas se abrirán en febrero. Faltarán, desde luego, los generales de ley, es decir, si se puede o no utilizar publicidad y cómo se afrontará la campaña en televisión o no, pero lo cierto es que a partir de hoy se ha dado la largada y las columnas y programas de opinión, presumiblemente sólo se ocuparán de ello.
La primera incidencia de lo anterior está, por supuesto, en las elecciones parlamentarias, cuya campaña será paralela a la de la revocatoria. Los senadores por circunscripción nacional que, todos a una, suelen pescar votos en la capital, tendrán que necesariamente referirse al tema y las listas capitalinas de Cámara de Representantes se trenzarán en una batalla por el SI o el NO. En ningún caso parecería posible aquello de que vote como quiera la revocatoria, pero en todo caso vote por mí, puesto que el escenario hace que se fije una u otra posición.
Tienen, entonces, las cabezas de lista de Cámara capitalina una responsabilidad mayúscula en la materia, pues serán decisiones no personales, sino de partido. Como esto es así, María Fernanda Cabal (Centro Democrático), Ángela Robledo (Verdes), Telésforo Pedraza (Partido Conservador), Rodrigo Lara (Cambio Radical), Martha Ordóñez (La U) y Clara Rojas (Partido Liberal), entre otros, tendrán que lanzarse al ruedo porque en los barrios y barriadas la única pregunta será sobre qué posición tienen al respecto. Eso, desde luego, puede hacer ganar o perder votos, y de otra parte también será el pulso por el que se midan las directrices nacionales.
En medio de ello, el promotor de la revocatoria, Miguel Gómez, deberá tener las garantías debidas mientras que el Alcalde, aún en suspenso disciplinario y político, mantiene las facultades presupuestales y de gobierno.
En tanto, el Alcalde Mayor frente a la revocatoria tiene dos posibilidades: una, buscar que la votación válida total no llegue al umbral requerido (1.234.214 sufragantes, es decir, el 50% de las elecciones de 2011), derrotando la revocatoria; y otra, buscar, por el contrario, que la votación crezca de manera inusitada, por encima incluso de los 2.244.025 votos válidos de entonces y que la mayoría de ellos estén en su favor, suscitando un plebiscito jamás visto.
Sea lo que sea, el escenario de una semana para acá ha cambiado drásticamente. Fundamental, en todo caso, que en medio de los galimatías que se presentan se piense, ante todo, en Bogotá, solo Bogotá y su viabilidad como ciudad.