El mensaje de los bonos | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Enero de 2014

La exitosa emisión de bonos de deuda que realizó Colombia esta semana no sólo evidencia que los mercados internacionales de capitales siguen apostando de forma muy fuerte al futuro de la economía de nuestro país, sino que contribuye a despejar el debate interno en torno a si el Ejecutivo está siendo demasiado optimista en el análisis de los principales indicadores y los críticos muy pesimistas en la misma tarea.

 

Difícilmente se puede encontrar un elemento de medición más objetivo del estado económico de determinada nación que la colocación de bonos de deuda en el mercado internacional. Allí no median razones distintas al más frío análisis que hacen los inversionistas de la capacidad de una economía para honrar sus obligaciones. No hay lugar a discursos políticos ni visiones subjetivas locales y aventuradas sobre lo que podría o no pasar. Las propias firmas globales calificadoras de riesgo son el principal referente para que se tome o no la decisión de demandar los títulos de deuda, evaluar los plazos de pago a los que se están ofertando y, sobre todo, las tasas a que se negociarán.

En ese orden de ideas, resulta muy positivo que en una emisión en la que se pensaba colocar bonos por 1.500 millones de dólares, la demanda de los mismos hubiera permitido subir ese techo a los 4.000 millones. Igual debe considerarse como un indicador muy diciente que el plazo no haya sido el tradicional de 15 años o menos, sino que en esta ocasión se pudieron pactar a 30 años. La tasa en que fueron negociados, inferior al 5,75 por ciento, también se considera muy potable, toda vez que otras economías equiparables a la colombiana que han acudido recientemente al mercado de capitales externo han tenido que negociar intereses muy superiores.

El propio Ministro de Hacienda resumió lo ocurrido diciendo que ahora a Colombia le prestan más barato y mayor plazo, lo que implica una gran confianza en la economía.

Lo importante es mantener ese mismo clima de inversión externa e interna en el mediano, corto y largos plazo, y que los recursos conseguidos se vean prontamente reflejados en el sector agropecuario y la inversión pública.