El horizonte económico | El Nuevo Siglo
Lunes, 30 de Septiembre de 2013

Al terminar el tercer trimestre de 2013 los pronósticos sobre cómo podría cerrar este año en materia económica son aún muy inciertos. Hay algunos indicadores que permiten tener una visión positiva. Al cierre de junio el Producto Interno Bruto creció un 4,2 por ciento, resultado que no solo se considera muy potable tras la caída industrial y manufacturera a lo largo del primer semestre, sino porque en nivel externo aún sigue la inestabilidad en Estados Unidos y Europa. La inflación continúa en cintura, a tal punto que ni siquiera los paros agrarios de agosto impactaron de forma sustancial el índice de precios al consumidor y todo hace prever que la meta fijada por el Banco de la República, en torno de que no superará el 3 por ciento, se podría cumplir sin ningún problema. Otros indicadores clave también tienen un buen comportamiento, como el desempleo, que según el último reporte del DANE sigue por debajo de un dígito y se espera que disminuya aún más por cuenta del pico productivo y comercial que se registra al final del año con miras al aumento de ventas y consumo por la temporada navideña. Es más, la decisión del Emisor en días pasados respecto de mantener las tasas de interés de referencia constituyen un mensaje acerca de que el horizonte de la evolución de las distintas variables micro y macroeconómicas se vislumbra estable. Incluso el  mantener abierto un cupo importante para compra de dólares en el último trimestre volvió a empujar la cotización de la divisa por encima de los $ 1.900, que se considera una tasa cambiaria adecuada para la coyuntura.

 

Las sombras aparecen por sectores muy puntuales. Por ejemplo, la industria se mantiene de capa caída y los pronósticos gremiales aunque registran algunos flancos de mejoría todavía hablan de crisis. Las ventas y el comercio aún no reaccionan en el nivel que se espera. El precio del barril de petróleo se mantiene por encima de los 100 dólares y si bien se desactivó el riesgo de una intervención militar en Siria, el clima geopolítico en Medio Oriente sigue candente, por lo que los mercados internacionales no pronostican a corto plazo una rebaja sustancial en el crudo. Si bien ello se considera positivo por las divisas adicionales que se reciben de la exportación de crudo, el impacto en nivel interno es preocupante, puesto que el precio de los combustibles aumenta y, en caso de no ser reajustado por cuestiones políticas o presiones por paros, el Fondo de Estabilización ya registra un billonario déficit. Igual debe esperarse a ver cuál fue el impacto en el PIB del tercer trimestre por los paros de pequeños mineros y la huelga de trabajadores en la Drummond.

 

Es claro, entonces, que aún es muy temprano para aventurar el horizonte económico de este 2013. Sin embargo, como siempre, y más allá de los fríos indicadores, el balance dependerá más de quién lo haga, y de si su óptica se inclina más por ver el vaso medio lleno o medio vacío.