En Estados Unidos el frente de mayor importancia en la Casa Blanca, independientemente de quien sea el mandatario, es el internacional, y el funcionario de más alto rango en la administración, aparte del Presidente y el Vicepresidente, el Secretario de Estado, es a quien corresponde el manejo de esta área trascendental, aunque siempre el Jefe de Estado está atento a atender de manera personal los tejemanejes de la política externa. En este cometido son frecuentes los viajes a las regiones afectadas por desencuentros entre gobiernos.
En la actual administración norteamericana se han presentado situaciones complicadas en diversos lugares del mundo. Las rebeliones que dieron al traste con gobiernos como el de Egipto, que mantuvo buenas relaciones con EE.UU., los acontecimientos en Libia en los que el dictador Khadafy encontró la muerte a manos de sus opositores. El conflicto en Libia y la posibilidad de ataque al régimen de Bashar Al Assad, por uso de armas químicas comprobado, el cual no se realizó por la mediación del Presidente ruso que instó al gobernante sirio a desmantelar y entregar el arsenal químico. Ahora lo que sucede en Ucrania es motivo de gran preocupación para Washington. Y hay tensiones con Rusia por su intervención en el país báltico. La pugna eterna entre palestinos e israelíes es otro punto crítico en la agenda internacional del gobierno de EE.UU.
Es evidente que la actividad del mandatario estadounidense es intensa, no se permite mayores pausas. Cualquier hecho de relevancia en zonas susceptibles de diferencias debe ser tenido en cuenta para si es del caso actuar. A propósito el presidente Barack Obama se vio en la necesidad de realizar una gira por Asia, que comenzó en Tokio. La primera etapa de su periplo por este extenso continente. En su encuentro con el primer ministro Shinzo Abe, -posteriormente con el emperador Akihito- reiteró su firme respaldo al Japón en el diferendo territorial que sostiene con China. Las islas Senkaku, que Beijin las reivindica en el mar de China oriental, tienen cubrimiento en tratado de defensa y seguridad entre ambos países. Se refirió el presidente Obama a que el artículo 5 del tratado ‘cubre todos los territorios bajo administración japonesa’. En 2012 China nacionalizó estas islas y esporádicamente manda naves de guerra a esta área; hay temor de que suceda algún roce. Preocupación de la administración norteamericana la posibilidad de que Corea del Norte esté alistando un cuarto experimento nuclear; sobre esto sugirió a China, a que pida a Pyongyang frenar sus ansias nucleares.
Esta gira del mandatario estadounidense es de las más difíciles y complejas, incluye a Malasia. Corea del Sur y Filipinas. Es una región que experimenta fuertes tensiones, que se originan en las diferencias territoriales marítimas con el gigante chino.
La visita de Obama se realizó en medio de un gran operativo de seguridad, con la movilización de 16.000 oficiales de la Policía Metropolitana de Tokio, un tercio de su contingente, así como equipos antidisturbios y agentes con perros especializados en la detección de explosivos. Son medidas de precaución obvias teniendo en cuenta que se trata de proteger a quien representa a un país con inmenso poder e influencia a escala mundial, asimismo contradictores y enemigos peligrosos, como las redes terroristas.
Tratándose de la primera potencia del mundo, los intereses y responsabilidades de EE.UU. están en distintas partes del globo. Algunos son prioritarios y la administración debe estar vigilante para protegerlos. Además, existen compromisos de cooperación con diversas naciones. Así que lo tocante al frente externo es fundamental no solo para los norteamericanos sino para gran parte de las naciones del orbe, incluso las no amigas de Estados Unidos.