La elección del aguerrido político caldense Omar Yepes Alzate, como presidente de la directiva del Partido Conservador en remplazo del senador Efraín Cepeda quien se retira para hacer política activa y electoral, tras cumplir delicadas gestiones con otras fuerzas políticas y con el Gobierno, lo mismo que en el exterior, es el toque de clarín de la próxima campaña para renovar los cuerpos colegiados. El senador Cepeda en declaraciones exclusivas para El Nuevo Siglo plantea que el Partido debe hacer todos los esfuerzos necesarios para motivar a las personalidades de la colectividad a que se lancen en la búsqueda de apoyo popular para la candidatura presidencial, evento en el cual, al parecer ya desligado de las responsabilidades como orientador de la directiva del partido, quizá estaría dispuesto a participar. El senador hace una distinción entre lo que significa la participación en la mesa de Unidad Nacional, por determinación de los conservadores que contribuyeron a la elección del presidente Juan Manuel Santos, otra es la voluntad política de encontrar candidato propio para participar en las próximas elecciones.
El senador Cepeda reitera su lealtad al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y a los compromisos contraídos, se queja, a su vez de que no le dieran como lo habían solicitado el Ministerio de Vivienda, ni otros cargos de especial interés político. “Él sostiene que la colectividad ha aportado mucho más al Gobierno que lo que el Gobierno ha apoyado al partido” sin entrar a explicar en qué consiste el aporte conservador en ese sentido, si bien aclara que han apoyado en el Congreso la mayoría de los proyectos de ley acordados por la Unidad Nacional. Destaca entre las leyes que contaron con el decidido apoyo conservador la de la Ley de Victimas y la Restitución de Tierras. Y el fervor con el que se rodeó a las Fuerzas Armadas en cuanto a defender el Fuero Penal Militar. Y el recorrido sobre el aporte legislativo del Partido Conservador es variado, particularmente en lo económico y en el impulso al microcrédito. Reconoce que es una obsesión del conservatismo reformar la justicia y el sistema de salud.
El sucesor en la presidencia del Partido Conservador, Omar Yepes Alzate, es uno de los políticos más experimentados del país y en privado un reconocido cantante, capaz de cantarle la tabla sin vacilar a los partidos adversos al suyo, y de proponer las reformas que el país necesita para fortalecer el Estado. Por su experiencia y habilidad se le reconoce como un excelente agitador y habilísimo diplomático. El político caldense es de los que prefiere negociar y llegar a acuerdos constructivos con las distintas fuerzas políticas, como lo hizo durante años en el Congreso, sin dejar por eso de defender los principios conservadores. Al ser consultado por El Nuevo Siglo sobre sus objetivos inmediatos en la conducción del Partido se expresó así: “creo que lo primero es organizarlo, conectar la directiva nacional con las directivas regionales y municipales, para luego elaborar un programa que atienda las necesidades que tienen los colombianos. Y, lógicamente, adelantar una campaña publicitaria, un recorrido por todos los sitios del país para vender esas propuestas y alentar a los conservadores para que se dispongan a la lucha”. Coincide Omar Yepes con el criterio de Efraín Cepeda, cuando sostiene que: “El Partido contribuyó a la elección del presidente Santos. Estar en la Unidad Nacional es como una especie de compromiso, pero la realidad es que el Partido tiene que individualizarse y tener sus propias propuestas y posiciones en todo aquello que reclaman los colombianos”.
Todo parece indicar que el veterano político que preside en este momento el Partido Conservador está a favor de ejercer la conducción de la maquinaria bipartidista en todo el país con el objetivo de articular una ofensiva nacional para convocar en torno de grandes proyectos sociales y de interés nacional a los conservadores y a las gentes afines a los postulados de orden. Es evidente que en el Partido Conservador se da un gran vacío intelectual al abandonar por tantos años la confrontación política con otras fuerzas antagónicas y perder, hasta cierto punto, la capacidad de reaccionar que es la esencia de lo conservador. Lo conservador no tiene nada que ver con aquellos que ven la vida política como un modelo estático, similar a los que cuidan un museo y consideran que conservarlo es limpiar el polvo y los valiosos objetos que se guardan allí. En tal sentido entre los objetivos que se propone el político conservador está el de defender la política social de la Iglesia, la justicia social, la propiedad privada, el apoyo a la empresa privada: y en particular está porque se multipliquen los esfuerzos en favor del microcrédito, iniciativa que el conservatismo le propuso al entonces presidente Álvaro Uribe y que derivó en lo que se conoce como banca de oportunidades. Estos son algunos de los aspectos esenciales de lo que será la política conservadora a seguir, que pasa por el apoyo a los proyectos fundamentales del presidente Santos, como de iniciativas propias para el desarrollo del país y fortalecimiento del Estado, que la opinión pública irá conociendo gradualmente.