El claroscuro de la economía | El Nuevo Siglo
Domingo, 30 de Diciembre de 2012

* Informe optimista de la ANDI

* Para crecer dependemos de los precios del crudo

 

Las cifras de la economía se pueden leer de diversa manera, pasa lo mismo que con las estadísticas, son susceptibles de múltiples interpretaciones, es preciso leer entrelíneas para tratar de tener una visión realista de conjunto.  Para algunos intérpretes, como el caso de la ANDI, las cifras y logros son positivos. Alcanzar un 4% en medio de la crisis europea y de los Estados Unidos es positivo. Y los resultados no son casuales, según plantea la ANDI, eso se debe al  notable proceso de transformación que se vive en Colombia desde hace 12 años, en dicho período: “casi se cuadruplicó el Producto Interno Bruto (PIB), que pasó de poco menos de US$ 100.000 millones en el 2000, a más de US$ 375.000 millones. Hasta situarnos en la actualidad cerca del umbral de un PIB per cápita de US$ 10.000 al año, comparable con países como México, Malasia o Turquía. Hoy podemos hablar de un nivel de pobreza del orden del 30%, cuando hace unos años superaba el 50%, y contamos con una cobertura casi universal en salud”. Las cifras sobre los cambios al alza del nivel de pobreza tienen que ver con algunas variaciones en el sistema de medición y los estimados para calcularlo que han sido modificados. Si bien, con el auge de la construcción se han producido nuevos empleos, lo que cambia en el caso de Bogotá al revisar las cifras a la baja de la construcción. Y destaca la importancia que se ha alcanzado en cuanto a la atención en salud, lo cual es un notable logro, que es preciso analizar teniendo en cuenta los cuantiosos desfalcos y la situación de alto riesgo de los recursos de la salud, lo que constituye  una verdadera bomba de tiempo. Entre los aspectos positivos que destaca la ANDI resalta el de la inversión extranjera, que se eleva sustancialmente en la actualidad y que esperan que llegue a US$ 15.000 millones. Sin entrar a analizar que la salida de capitales o de las utilidades va por la misma cifra y en algunos casos la supera, lo que se debe a que parte de las inversiones que se hicieron en minería, como en la explotación del crudo ya están redituando, así que las ganancias se van. Y sin contar que algunas de las inversiones extranjeras que se suman entre las que nos llegan, en realidad los dólares no entraron al país, puesto que se apela a movimientos de capital que procuran escapar a los impuestos y buscan figuras legales que los favorezcan en tal sentido. Lo que resulta interesante es la apreciación de la ANDI en cuanto  al crecimiento del comercio exterior tenemos que: “al pasar de US$ 20.000 millones al comienzo de la década, a una cifra cercana a los US$ 120.000 millones en la actualidad”. No dice el informe que las exportaciones no petroleras en el 2012 siguen siendo muy modestas. Lo que explica el lánguido crecimiento industrial. Y agrega la ANDI: “Gracias a todos esos factores, que se han traducido en un mayor tamaño de la economía y una mayor presencia en el mundo, Colombia pasó de ser la economía número 38 a ser hoy la economía número 31, por encima, entre otros,  de países como Venezuela, Malasia, Chile, Singapur e Irlanda”.

Lo cierto es que descontando los hidrocarburos y el carbón, cuyo precio se redujo casi a la mitad, la industria que no está ligada al crudo, decayó. Los servicios siguen generando empleo. En cuanto a los indicadores negativos llevan varios meses, en los rubros distintos al petróleo la producción desciende con respecto al 2011. La agricultura, gracias al empeño del ministro del ramo, Juan Camilo Restrepo, registra algunos indicadores positivos.  Es de anotar que al demorar la inversión en infraestructura los costos han subido, todo indica que para el 2013 el Gobierno inyectará al sector sumas multimillonarias. La caída de la construcción en Bogotá afecta las cifras de empleo y crecimiento, al punto que ha descendido el precio del cemento y otros materiales de construcción. Si la minería, en particular el precio del crudo baja, tendríamos una crisis mayúscula.

La revaluación del peso continúa, como la tendencia a consumir productos importados y se encarece la mano de obra, los impuestos inclementes van a afectar el bolsillo de la clase media, cuando lo que se necesitaría de ser previsivos es aumentar la capacidad de consumo como lo hizo Brasil en su momento. La deuda externa pública y privada va en aumento. En tales condiciones prevalece el claroscuro en la economía y la dependencia de los precios del petróleo es cada vez mayor.