CON gran solemnidad el presidente Juan Manuel Santos y los altos mandos de la Armada colombiana conmemoran hoy en la Base Naval de Cartagena los 191 años de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo en la cual los marinos granadinos junto a los venezolanos tuvieron un comportamiento heroico que facilitó el triunfo de nuestras naves, que abrió el paso a que los países amigos, como Inglaterra, pudiesen comerciar con nosotros y llegar a los puertos recién liberados.
Es de recordar que la bandera amarilla, azul y roja la usó por primera vez el precursor Francisco de Miranda, quien se había convertido en uno de los generales más prestigiosos de Europa y por sus servicios a Francia su nombre figura en el Arco del Triunfo en París. Miranda, quien había vivido en Londres y era amigo del primer ministro Pitt, contó con la colaboración de Inglaterra y Estados Unidos, que secretamente le facilitaron la ayuda para intentar la invasión y liberación de Venezuela. En el mástil del barco con el que zarpó de Estados, con hombres, armas y pertrechos, enarboló la bandera de la libertad de América con el tricolor que marcaba un profundo simbolismo. El azul (que le recordaba los bellos ojos de la zarina Catalina de Rusia que lo había protegido) representa el mar que no volverían a navegar jamás impunemente los invasores españoles. El rojo (propio de los labios de la noble rusa) simboliza la sangre que los americanos estarán siempre dispuestos a verter por nuestra Independencia; y el amarillo (muy parecido a los cabellos dorados de la zarina) que representaba la riqueza y prosperidad que producirían los americanos cuando libertaran esta tierra y la explotaran con inteligencia y sabiduría.
Simón Bolívar, después de entregar a Miranda a los españoles, enarbola la bandera tricolor para dar la libertad al resto de América.