Ecuador votó por el futuro | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Octubre de 2023

* Ecos del contundente triunfo de Daniel Noboa

* Centroderecha se consolida ante izquierda errática

 

El resultado de las elecciones presidenciales del domingo pasado en Ecuador permite derivar varias lecciones trascendentales. La primera de ellas, sin duda alguna, que el triunfo del joven empresario Daniel Noboa es una apuesta de la mayoría de la ciudadanía del vecino país por el futuro, el progreso, el orden y la autoridad.

La derrota en toda la línea de Luisa González, la otra candidata en contienda en el balotaje, es un mensaje contundente no solo a la izquierda, sino al condenado y exiliado expresidente Rafael Correa: el país se negó a volver a las aciagas épocas del llamado “Socialismo del siglo XXI”, cuando la intoxicación ideológica, los esguinces a la institucionalidad y el autoritarismo enrutaron a la vecina nación por un escenario incierto en lo político, económico, social e institucional. La propia democracia fue lesionada por las cuestionadas maniobras del correísmo para enquistarse en el poder por más de una década.

En segundo lugar, resulta claro que a Noboa lo respaldó un bloque de centroderecha que se consolidó a medida en que fue evidente que la intempestiva renuncia del presidente Guillermo Lasso se vio forzada por las intentonas de las fuerzas izquierdistas, que venían bloqueando su gestión, de someterlo a un juicio político espurio. Ante ello, el mandatario decidió acudir a la figura de la llamada ‘muerte cruzada’, es decir, convocar a elecciones presidenciales y de la Asamblea legislativa.

Los vaticinios iniciales en torno a que el correísmo, que había ganado los últimos comicios regionales, tenía así la posibilidad de volver al Ejecutivo con González, que ganó la primera vuelta, al final de cuentas resultaron fallidos. Se suman así tres gobiernos en contra de la izquierda en Ecuador: Lenín Moreno, Lasso y ahora Noboa, quien estará en el cargo por 15 meses, ya que fue elegido para completar el periodo institucional del saliente mandatario.

Si a este panorama se le suma lo que pasó en Perú, en donde la centroderecha se consolida con el gobierno de Boluarte (tras la destitución y captura de Pedro Castillo), la posibilidad de que en Argentina el kirchnerismo sea derrotado y el apoyo creciente a María Corina Machado en las primarias de la oposición venezolana, se concluye que el péndulo geopolítico latinoamericano comienza a cambiar, castigando las incoherencias y aventuras populistas de la izquierda. De hecho, para el caso colombiano, es claro que el desprestigiado y accidentado gobierno Petro apunta a sufrir un duro revés político este 29 de octubre en las elecciones regionales y locales.

Noboa, es evidente, empezó a repuntar antes de la primera vuelta gracias a una propuesta en la que se apuesta por un plan de recuperación económica y social serio y ponderado, ajeno al populismo. Un plan en el que se compromete a apoyar el dinamismo del sector privado y empresarial, continuar por la senda de saneamiento fiscal, combatir frontalmente la corrupción y un ambicioso plan de impacto a los sectores más desfavorecidos.

De igual manera, en un país que afronta el embate del narcotráfico y un pico delincuencial sin antecedentes, que incluso llevó al asesinato del candidato presidencial centrista que marchaba segundo en las encuestas antes de la primera vuelta, el mandatario electo (el más joven en la historia del país) expuso una estrategia de choque en materia de seguridad y orden público que parte de la base de aplicar la ley y autoridad de forma decidida en todo el país, recuperando el control territorial institucional y desmantelando las redes mafiosas en cárceles, ciudades, puertos y varias provincias, en donde tienen complicidades políticas. El reciente acuerdo de cooperación militar suscrito por Lasso y Estados Unidos será clave para cumplir estos objetivos.

Como se ve, en las urnas Ecuador apostó este domingo por el futuro, el orden, la autoridad, el progreso socioeconómico y una bitácora moderna y realista. Les dio un portazo a los cantos de sirena del correísmo envalentonado. Noboa ganó por casi cinco puntos porcentuales en la segunda y definitiva vuelta electoral y echó por tierra por vaticinios de un voto finish con González. Ahora tendrá que actuar rápido y decidido, una vez asuma el poder. En quince meses deberá demostrar la viabilidad de su propuesta de gobierno y sentar las bases para una eventual reelección. Clave será cómo trabajará con una asamblea en la que la oposición izquierdista tratará de bloquearlo, pero tiene posibilidades de conformar una coalición oficialista. Por ahora lo más importante es que tiene un mandato político claro y contundente para dirigir al país y superar la ola de violencia.