Son varios los dilemas que está planteado al mundo la epidemia de fiebre hemorrágica provocada por el virus del Ébola, que ya ha causado más de novecientas muertes en África occidental, entre un total de más de 1.700 casos de contagio confirmados.
De un lado está la polémica en torno de si hay pasividad de la comunidad internacional frente a lo que está pasando en países como Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria, en donde las poblaciones de varias regiones se encuentran casi en estado de pánico debido al riesgo de contraer el virus.
Aunque los partes de las organizaciones sanitarias locales han coincidido en que no se puede hablar de una cadena de contagio exponencial ni mucho menos del riesgo de una pandemia, lo cierto es que las alertas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llaman a la comunidad internacional a movilizarse para evitar que los brotes de Ébola se vuelvan incontrolables. Hasta el momento los pocos casos confirmados en otras partes del mundo corresponden a personas que trabajaron o tuvieron algún contacto con las zonas en donde se ha focalizado la presencia del fatal virus.
El segundo dilema se refiere al tratamiento de esta fiebre hemorrágica. En Estados Unidos ya se decidió utilizar un medicamento experimental para curar a dos ciudadanos de ese país portadores del Ébola. Los dos pacientes trabajaban en una organización de caridad y asistencia en Liberia, en donde se contagiaron.
Aunque se trata de un suero experimental denominado “Zmapp”y los dos estadounidenses han mostrado mejoría en su estado de salud, lo cierto es que hay muchas críticas respecto de por qué no se proporciona este medicamento a los cuatro países africanos para hacerle frente a la epidemia. Mientras que desde Estados Unidos se responde que es un tratamiento experimental y que hasta el momento no había sido probado en seres humanos, por lo que no hay total certeza sobre su eficacia y si tendrá efectos secundarios para quienes reciban el suero, en nivel internacional se alega que dada la urgencia de frenar el brote y su alta tasa de mortalidad, se debe asumir el riesgo de una producción a gran escala para suministrarlo en África.