*Se abre el telón Brasil 2014
*Todos con la Selección Colombia
Nuestro país llega al Mundial del Fútbol con grandes expectativas, luego de un ayuno de 16 años. Fue un acierto sin duda del presidente Juan Manuel Santos haber sugerido un entrenador extranjero, cuando ello parecía no solo una irreverencia, sino una salida en falso contra los intereses colombianos. Casi nadie respaldó la idea, pero a fuerza de las realidades se terminó imponiendo el criterio presidencial y se obtuvo contratar a uno de los timoneles más experimentados en la figura carismática, serena y cautelosa de José Pekerman. Ello permitió consolidarse en el segundo lugar de las eliminatorias suramericanas, pasar a los primeros lugares del ranking de la FIFA y convertirse, como nunca había ocurrido, en cabeza de grupo en la justa orbital.
De hecho, en los últimos cuatro años Colombia pasó de una cenicienta deportiva continental a ser semipotencia. En los Olímpicos tuvo una figuración descomunal, en términos colombianos, y los deportistas le llevaron felicidad a los connacionales con varias preseas y ser protagonistas latinoamericanos en la medallería universal. Al mismo tiempo, Colombia se lució en los Juegos Mundiales, de los deportes extraolímpicos, en Cali, llevándose los participantes la mejor visión del país. Y como si fuera poco, en los últimos tiempos, gracias en buena parte al respaldo decidido del Gobierno, Colombia recuperó y traspasó su carácter de potencia en el ciclismo. Decenas de nombres, tanto de los colombianos que participan en equipos europeos como del propio Team Colombia, han copado páginas estelares en el mundo y los nombres de Nairo Quintana y Rigoberto Urán, entre muchos más, son motivo de gloria y regocijo. Igual viene ocurriendo con la nueva camada de automovilistas de nuestro país que comienzan a descollar en las más altas categorías. Y ni se diga de disciplinas en que Colombia se convirtió en huésped global como el Mundial de Tiro con Arco y los campeonatos de patinaje, donde venimos figurando con creces.
En el fútbol, por su parte, el país logró una disciplina que no había tenido, sin desdibujar el estilo que hoy es apetecido tanto en Europa como en Argentina o México, incluso organizando también el Campeonato Mundial Sub-20 que puso a tono los estadios y demostró, a diferencia de 1986, que el país está preparado para la organización de grandes eventos. La Selección de Mayores, a su turno, no es ya motivo de chismes o escándalos, sino que, por el contrario, resulta ser en su conjunto, si bien un plantel festivo, también riguroso y serio. Y todo eso nos anima a ser optimistas con la participación colombiana en el Mundial que hoy se inaugura en Brasil.
Desde luego, no sobra tener en cuenta la racha de lesiones que ha sufrido el seleccionado en varios de sus más altos exponentes, entre ellos Radamel Falcao García, Aldo Leao Ramírez, Luis Amaranto Perea, Edwin Valencia y Alexander Mejía, y por las mismas circunstancias el bajo rendimiento de Zúñiga y otros. Aún así el equipo de recambio tiene un nivel que continúa siendo envidiable, particularmente en la delantera donde se conjugan varios de los grandes goleadores de las ligas argentina, española, portuguesa y alemana, siendo, a su vez, el joven James Rodríguez una de las figuras sobre las que existe mayor expectativa orbital entre los mediocampistas.
Asimismo, llega el propio Brasil con el gigantesco compromiso de ganar la copa y desprenderse de la melancolía del Maracanazo en 1950. Pero es claro que, a más de Brasil, las selecciones suramericanas llegan todas con condiciones preferentes. Tiene la argentina no sólo el mejor jugador del mundo, en cabeza de Lionel Messi, sino las figuras más estelares del fútbol europeo. Jugando en territorio brasilero los gauchos pueden crecerse y no en vano son los segundos favoritos, pero también el fútbol chileno ha sorprendido con su rapidez, lo mismo que el uruguayo continúa siendo ejemplo de la garra y pundonor de siempre, teniendo entre sus figuras a otro portento latinoamericano, Luis Suárez. Por encima de todo ello, sin embargo, hay que resaltar que varios de los seleccionados regionales tienen técnicos colombianos, como Ecuador, Honduras y Costa Rica, lo que también es un indudable avance de nuestro país.
No vamos a referirnos aquí a las protestas callejeras en el Brasil, puesto que ello es asunto diferente que no compete directamente a la fiesta del balompié universal. En cambio hay que resaltar sí el esfuerzo que ha hecho esta nación para llegar a punto al evento más seguido del mundo. Y decir también que, además de la mayor velocidad, los cambios estratégicos, la capacidad atlética y el juego más vertical, este deporte ha ganado fundamentalmente en la consistencia sicológica y que en la mayor concentración y seguridad en sí mismos estará el triunfador. De suyo, el balompié es cada día más un ajedrez en movimiento, por lo tanto la fuerza sicológica es hoy tal vez el mayor componente del fútbol moderno y en ello es que debemos acompañar a nuestra Selección. ¡Que ruede el balón: ¡E oe oe oe oa… !