- Hondo significado de visita a Miravalle
- El Estado cumple a quienes sí cumplen
La palabra del Estado se cumple y corresponde al Presidente de la República, como su principal brazo ejecutor, ser el abanderado de esa premisa institucional. En ese sentido, precisamente, se debe entender y valorar la visita que el Jefe de Estado, Iván Duque, hizo el miércoles pasado al antiguo “Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR), ubicado en Miravalle, en San Vicente del Caguán (Caquetá). Como se sabe en estos escenarios permanecen concentrados, todavía, parte de los guerrilleros de las Farc que se desmovilizaron y siguen cumpliendo con los compromisos de reinserción acordados en el acuerdo de paz firmado por el anterior gobierno.
Si bien no es la primera vez que el actual Primer Mandatario visita un ETCR (de hecho ya ha estado en tres), la ida al de Miravalle tuvo una especial significación porque cuando el ex jefe negociador de las Farc, alias ‘Iván Márquez’, se negó a posesionarse, el año pasado, en su curul en el Senado, en protesta por el encarcelamiento de alias ‘Jesús Santrich’ -pedido en extradición por Estados Unidos sindicado de narcotráfico-, fue precisamente a ese espacio de San Vicente del Caguán a donde fue a refugiarse. Meses después, alegando presuntos operativos de la Fuerza Pública en sus alrededores, el cabecilla pasaría a la clandestinidad. Pese a que durante varios meses no se supo de su paradero y tampoco cumplió las citaciones de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), ‘Márquez’ solo vino a reaparecer hace pocas semanas, en un video en el que anunció su regreso a la lucha armada, rodeado de una serie de ex jefes subversivos, entre ellos ‘Santrich’, ‘Romaña’. ‘El Paisa’ y otros más que hicieron parte del ala militar de esa facción guerrillera.
Siendo claro que las disidencias de las Farc, que tienen al territorio venezolano como retaguardia estratégica con la complicidad absoluta de la dictadura de Nicolás Maduro, tratarán de convencer a muchos desmovilizados de que regresen al monte, es evidente que el Estado debe multiplicarse para neutralizar ese riesgo de reincidencia. Si bien Duque ha insistido en todos los escenarios nacionales e internacionales que a los reinsertados que se mantengan firmes con los compromisos del acuerdo de paz se les cumplirá todo lo pactado en materia jurídica, política, económica, social, de seguridad y protección institucional, hacerlo personalmente en un ETCR, ante un gran número de exguerrilleros y específicamente desde el lugar del que salió ‘Márquez’ para allanar su regreso a la violencia armada, tiene una especial significación. Como se dijo al comienzo, el Presidente simboliza y personifica la palabra empeñada y legitimidad del Estado.
El acto en Miravalle cobra aún mayor relevancia porque estuvieron presentes el representante especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, y la embajadora de la Unión Europea, Patricia Llombart. Es decir, las dos instancias de la comunidad internacional más comprometidas y vigilantes del cumplimiento del pacto de paz.
En ese escenario especial y con tantas implicaciones Duque, reiterando los ejes centrales de su política de “Paz con legalidad”, fue taxativo: todos aquellos desmovilizados “que están comprometidos con la desmovilización, el desarme, la reincorporación, los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición, van a seguir contando siempre con el apoyo de nuestro Gobierno”. Junto a la plana mayor del Ejecutivo, en especial del Consejero para la Estabilización y la Consolidación y el Director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, el Presidente reiteró el avance en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) así como en los proyectos productivos y de reinserción económica para los desmovilizados, entre otros aspectos clave del proceso de implementación del pacto habanero.
Les habló igualmente claro a los reinsertados: “Aquí no podemos nosotros creer que hay personas que se fueron hace quince días. No. Hay personas que decidieron seguir en el camino de la criminalidad, que siguieron en la reincidencia y que ahora pretenden lanzarles cantos de sirena a muchos de los excombatientes para que se vayan nuevamente a esas actividades”, recalcó Duque.
Y, por último, frente a los reincidentes fue tajante de nuevo: “ese camino es el camino errado, es el camino que condena la sociedad colombiana. Con todo el que esté en la reincidencia nosotros seremos absolutamente contundentes con la Legalidad… Seremos implacables en la defensa de la Constitución y la ley contra quienes pretenden seguir intimidando a nuestro país”.
Como se ve, resultó clave la visita del Presidente de la República al ETCR de Miravalle. Y más aún porque se produjo en la antesala de otra ocasión sin igual para explicar esta difícil coyuntura: la comparecencia, la próxima semana, de Duque ante la asamblea anual de Naciones Unidas. Allí, de nuevo, expondrá cómo está reaccionando drásticamente el Estado colombiano ante el rearme de un sector de las Farc y cómo se está cumpliendo y cumplirá a quienes renunciaron a la violencia, todo en el marco de la estrategia de “Paz con legalidad”.