“Quisiera hacerles una pregunta ¿Cómo puedo yo presentarle al campesino de las montañas de Colombia, que tiene una hectárea cultivando marihuana y podría ir a cárcel por eso, (que) en Colorado o en el estado de Washington es legal fumar marihuana? ¿Cómo podemos expresar esto? Esto es una contradicción lo que está pasando ahora, nos muestra la necesidad de tener una discusión en todo el mundo sobre este problema”. Esa fue la pregunta que el presidente Santos puso sobre la mesa al intervenir, el jueves, en el foro El Dilema de las Drogas: Consecuencias para la sociedad, las políticas y los negocios, que se realizó en el marco del Foro Económico Mundial, que culminó ayer en Davos (Suiza). En la discusión participaron personalidades del nivel del ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el gobernador del estado de Texas (EU) Rick Perry.
La pregunta del Jefe de Estado es la misma que se hacen millones de personas en Colombia, pues para el ciudadano promedio no es claro cómo es posible que aquí a diario los hombres y mujeres de la Fuerza Pública y el sistema de justicia arriesguen sus vidas para atacar el narcotráfico en todos sus niveles, mientras que en algunas naciones europeas y americanas no sólo se estén despenalizando cultivos como los de marihuana, sino que, además, las extensiones de los sembradíos autorizados sean superiores a las que hubo en determinado momento en los picos más altos de la lucha antidrogas en nuestra nación.
Es claro que cada día es más urgente que la comunidad internacional asuma desde sus instancias más altas la discusión sobre cómo acabar con el narcotráfico y cuáles podrían ser las alternativas para que esa lucha sea más eficiente, puesto que el enfoque meramente represivo, si bien ha dado unos resultados positivos, no parece ver la luz al final del túnel.
De allí la importancia de que la discusión global sobre las drogas ya se esté tomando escenarios tan importantes y especializados como del Foro Económico Mundial, más aún si este análisis se da como antesala al encuentro que sobre el delicado asunto se dará en Viena en marzo próximo, mientras que está agendada ya para 2016 una sesión especial sobre drogas en la Asamblea General de la ONU. No hay que olvidar que un insumo clave para los debates en el máximo ente multilateral del planeta será el estudio que fue adelantado por la OEA sobre las nuevas ópticas de la lucha antidrogas, y que fue realizado tras la Cumbre de las Américas que se realizó hace dos años en Colombia.
Como se dijo, lo importante es que la discusión vaya tomando más cuerpo y que pase a las instancias políticas de decisión, dejando atrás el escenario marcadamente académico en que se desarrolló en las últimas décadas.