El 2023 no está resultando un buen año para la libertad de prensa. De hecho, según la organización Reporteros sin Fronteras desde enero ya han sido asesinados treinta periodistas y un colaborador de medios en todo el globo, en tanto que permanecen en prisión 514 comunicadores y 23 trabajadores del sector.
Las guerras, una vez más, continúan siendo un escenario muy peligroso para desempeñar la labor informativa. Prueba de ello es que en medio de la ofensiva terrorista del grupo radical Hamás contra Israel y el ejercicio de la legítima defensa por parte del Estado judío la prensa ha sido duramente afectada.
La cuestión llega a tal punto que la Unesco calificó ayer esta situación como “la semana más letal para los periodistas en cualquier conflicto reciente”.
Según la agencia de la ONU el atentado terrorista perpetrado por Hamás contra Israel el 7 de octubre ha provocado enfrentamientos intensos y un aumento de las tensiones regionales, con consecuencias extremadamente graves para la seguridad de los periodistas
De acuerdo con la alerta global lanzada por la Unesco, desde el 7 de octubre se ha confirmado la muerte de nueve periodistas en acto de servicio, tanto durante el atentado terrorista de Hamás como en la reacción israelí. Más grave resulta que este saldo mortal podría aumentar, ya que se están examinando otros informes sobre afectaciones al personal de medios de comunicación.
Ante este dramático escenario la agencia de la ONU hizo un llamado a todas las partes implicadas para que respeten y hagan respetar de inmediato el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y la garantía periodística para ejercer su trabajo informativo de forma segura.
De hecho, la Unesco trajo a colación que tanto el DIH como la Resolución 2222/2015 del Consejo de Seguridad de la ONU, establece claramente que los periodistas, profesionales de los medios de comunicación y personal relacionado que cubren situaciones de conflicto deben ser tratados y protegidos como civiles. La Resolución también recuerda que los equipos e instalaciones de los medios de comunicación se consideran bienes civiles y, como tales, no deben ser objeto de ataques ni represalias, a menos que sean considerados objetivos militares.
Es imperativo, entonces, que las partes en conflicto en la Franja de Gaza acaten estos mandatos de la ONU. La labor de la prensa en este y todos los conflictos es vital para informar de manera veraz, imparcial y responsable sobre todo los acontecimientos en medio de las hostilidades.