Mientras el país disfruta de las festividades por el cambio de año, el contralor general de la República, Edgardo Maya Villazón, se ha mantenido en vigilia permanente, por cuanto ayer debía abandonar el moderno edificio donde funciona la entidad, al vencer el contrato de arriendo que en su momento firmó su antecesora Sandra Morelli. Contrato sobre el cual la Fiscalía considera que el canon que se acordó era muy elevado, así otras entidades oficiales y particulares paguen arriendos más caros por metro cuadrado en la misma ciudad. El entuerto no se ha resuelto y siguen las investigaciones y complicaciones. El mismo contralor Maya demandó el contrato y está a la espera de la cita de conciliación con la contraparte en la Cámara de Comercio de Bogotá, la cual fue fijada para mediados de enero, demasiado tarde…
El defensor del Pueblo, Jorge Armado Otálora, presentó una acción de tutela solicitando medidas cautelares temporales para evitar que el organismo de control, el Estado y la sociedad, tuvieran que presenciar el bochornoso espectáculo de miles de empleados de la Contraloría, los mismos que manejan expedientes y casos delicadísimos que afectan las finanzas públicas en miles y miles de millones, fuesen desalojados de su lugar de trabajo. Un juez de Ejecución de Penas desvirtuó el recurso de amparo por considerar que era improcedente. Por tal razón, Otálora interpuso un alegato ante una instancia superior y solicitó que se investigue al juez que denegó la tutela.
El procurador Alejandro Ordóñez hizo un vehemente llamado para evitar que se paralice la Contraloría. Otras entidades y hasta el sindicato del ente de control fiscal han interpuesto recursos en defensa del orden jurídico y los intereses de casi 50 millones de colombianos. Entre tanto muchos corruptos están de fiesta y esperan que la Contraloría no se mueva por largo tiempo.
El contralor Maya, bajo la presión kafkiana del sistema inoperante y el eventual desalojo de la sede por el vencimiento del contrato de arrendamiento, declaró el estado de urgencia manifiesta en esa entidad. No tenía otra opción.