En la capital de la República el transporte urbano y movilidad son las dos preocupaciones mayores para el ciudadano común. Y no se ven perspectivas favorables; cada vez más carros en una ciudad donde hace tiempo no se construyen avenidas con especificaciones modernas que se requieren para descongestionar las que hay.
El parque automotor se ha multiplicado en los últimos años. Observar una panorámica en horas pico permite apreciar las filas interminables de carros. Hay de toda clase, buses, busetas, colectivos, camiones, tractomulas; se suma la caravana de motocicletas que contribuye a la contaminación ambiental y a más dificultades en la circulación.
Muchos proponen alternativas, más restricciones. Es indudable que los trancones y obstáculos para desplazarse por la ciudad ya sea en el transporte público o en carro particular no se van a resolver con medidas aumentando cortapisas al uso de vehículos privados. Aquí no se ha llegado aún a un número muy elevado de carros particulares por persona, que sí es alto en Norteamérica, Europa, Asia…. Vías es lo que se requieren y desde luego un sistema masivo como el metro, que ya no da espera. El Transmilenio no da abasto. Los tumultos en las estaciones para abordar los articulados son de dimensiones increíbles. Y más en el caso de Soacha donde multitudes copan las estaciones. Allí, luego de más de diez años de espera, empezó a funcionar el sistema, beneficia a la población de ese municipio y a la flotante que trabaja o tiene negocios en Bogotá, es apenas natural que la acogida haya sido masiva, teniendo en cuenta que disminuye en la tercera parte el tiempo de recorrido hacia la capital.
Ahora que están en marcha los grandes proyectos para modernizar la infraestructura vial del país, que exigen los TLC suscritos por Colombia con varias naciones, para poder ser competitivos frente a socios comerciales poderosos, Bogotá, también requiere actualizar la red vial, con similar propósito, ya que es uno de los principales centros industriales de la nación, que produce para consumo local y exportación. Además en la urbe, que crece de manera acelerada, no se puede dejar que cojan más ventaja estas deficiencias que retrasan su desarrollo. Sistemas de transporte urbano rápidos y modernos y vías suficientes son premisas indispensables en las metrópolis de hoy, y la capital no puede seguir a la zaga de las demás de la región.