*Ratificación de Cárdenas
*La tarea conservadora
LA ratificación del ministro conservador Mauricio Cárdenas Santamaría en la cartera de Hacienda, por parte del presidente Juan Manuel Santos, es un mensaje claro en procura de la estabilidad y la prosperidad económicas. No en vano en el transcurso de la última campaña electoral el país registró un índice favorable de crecimiento de 6,4 por ciento en el primer trimestre. Con ello se confirman los buenos augurios planteados para Colombia por instituciones como el FMI o medios de gran repercusión como The Economist o Le Figaro. De hecho, el Presidente supo mantener la economía a buen flote en medio de la puja proselitista, signada por episodios nefandos, lo que ratifica, de un lado, la fortaleza del sistema democrático y, de otro, la solidez estructural de la economía.
En los últimos cuatro años nuestro país ha seguido una ruta clara, incrementando los caudales de inversión social, duplicando la llegada de capital extranjero y generando empleo muy por encima de los índices latinoamericanos. La responsabilidad conservadora en el sector económico llevó, en el lapso, a acabar con la piñata de títulos mineros, mejorar los recaudos tributarios, buscar el desarrollo sostenible equilibrado entre la protección al medio ambiente y la organización de la política petrolera y minera, así como a mantener tasas de crecimiento en el sector agrícola que no se veían desde hace unos lustros.
Por lo general, entre los mejores ministros de Hacienda del siglo XX están los conservadores, que contaron con el brillante e inteligente concurso de Esteban Jaramillo. En el siglo XXI se destacan con luz propia Juan Carlos Echeverry y ahora Mauricio Cárdenas. Con ellos el aporte conservador al desarrollo del país es estelar. En tiempos del gobierno de Alfonso López Michelsen, éste se hizo acompañar en lo económico de ministros conservadores que consiguieron romper el círculo vicioso de la política petrolera, que desconfiaba de la inversión extranjera en ese campo y nos abrimos más a la asociación con las multinacionales. Esa misma política la practica con la mayor fortuna Lula en el Brasil, pues confió el manejo de la economía a los sectores conservadores de avanzada, y también ha sido modelo frecuente de los gobernantes de la Tercera Vía en otras naciones.
Los resultados del gobierno Santos le permiten al ministro Cárdenas ver el futuro con optimismo. Con cifras en mano destaca, en reportaje a este Diario, que se destinará, por ejemplo, para el sector rural 5,2 billones de pesos, monto nunca antes asignado a tan estratégico factor de la economía. El objetivo es impulsar aún más el desarrollo rural y social. Para el Ministro también resulta casi inevitable mantener el 4x1000, necesario para sostener el presupuesto del agro. Recalca que el país no puede quedarse cruzado de brazos esperando a que terminen las negociaciones de paz, pues el avance y el desarrollo rural, lo que se ha llamado la reforma rural integral, no dan espera. Insiste es que es necesario cerrar la brecha entre el campo y la ciudad.
Entre otros logros del Gobierno, el zar de las finanzas destaca también el positivo resultado del control a la inflación, lo que permite proteger el bolsillo de todos los colombianos, ya que la capacidad adquisitiva de las familias no se deteriora. Por supuesto, al tener el índice de costo de vida bajo, se evita tener que ir subiendo las tasas de interés de manera drástica y encareciendo el acceso al crédito.
Una de las tareas más destacables del Ejecutivo ha sido sacar a millones de colombianos de la pobreza extrema. Y qué decir de la madurez en el manejo fiscal puesto que la deuda del Gobierno ha venido cayendo como porcentaje del PIB, de manera que el país tiene más sostenibilidad en esta materia. Al deber menos en proporción al tamaño de la economía, esto permite ahorrar recursos en pago de intereses y destinarlos mejor a inversión social.
A juicio de Cárdenas todo ese éxito se debe al manejo prudente de las finanzas públicas. De allí que su ratificación en el cargo por parte del Jefe de Estado envíe un mensaje de estabilidad y coherencia en el flanco económico y confirme al país entre el club de los países emergentes más fuertes de la región. Si se mantienen los indicadores en alza a lo largo de este año, es casi seguro que el PIB crezca a diciembre por encima del cinco por ciento, como mínimo. Por ahora el repunte industrial es un buen augurio en ese sentido.