Claroscuro del empleo | El Nuevo Siglo
Viernes, 1 de Diciembre de 2023

* Una economía en caída no genera trabajos

* El plan de choque no está dando resultados

 

Una economía en plena descolgada es imposible que genere nuevos empleos. Eso explica por qué la tendencia a la baja de la desocupación laboral se empezó a frenar en los últimos meses. De hecho, el DANE informó esta semana que el porcentaje de personas sin trabajo se ubicó en 9,2% al cierre de octubre en todo el país, alejando así los pronósticos que se tenían en torno a que este indicador terminará el año cerca del 8%.

Si bien es cierto que ya se completan cinco meses con la tasa de desocupación en un solo dígito, en modo alguno pueden soltarse las campanas al vuelo por lo que está pasando en el mercado laboral. De hecho, entre agosto y octubre el indicador promedio fue de 9,3%. A ello se suma que en el décimo mes de este año la proporción de población ocupada informal fue superior al 55%. De igual manera, a nivel nacional, la población desocupada se redujo apenas en 87 mil personas frente al mismo mes de 2022. Al final, todavía hay 2,3 millones de colombianos sin trabajo.

Según algunos analistas, al interpretar estos guarismos debe tenerse en cuenta que ante la dificultad para conseguir empleo, hay una proporción de personas que cesó en esa labor, ya sea para dedicarse a estudiar, retornar a oficios propios o tratar de apostar a los emprendimientos. También preocupa la advertencia, ya muy marcada en varias regiones, en torno a que en algunas familias sus integrantes están optando cada vez más por no emplearse formalmente para quedar así dentro de los márgenes de calificación socioeconómica que los habilitan para recibir subsidios de nueva y vieja data.

Otro flanco que preocupa es el relativo a lo que puede pasar con la generación de empleo estacional en el último trimestre. Por lo general, algunas empresas enganchan más personal para esta época con el fin de suplir el pico de demanda asociado a la época festiva de fin y cambio de año. Sin embargo, voceros gremiales han advertido que ese nivel de contratación adicional ha disminuido no solo porque las ventas del comercio y la industria están de capa caída, sino porque las compañías tienen muchos inventarios de productos y la prioridad es reducirlos a corto plazo.

De igual manera, como lo señalamos días atrás en estas páginas, a raíz de la última Encuesta de Opinión Industrial que publicó la ANDI, la incertidumbre derivada del impacto de las cuestionadas reformas pensional, laboral y de salud que el Gobierno presentó al Congreso, está llevando a que los flujos de inversión disminuyan, el clima de negocios esté cada vez más cauteloso y una cantidad creciente de proyectos para el segundo semestre y el arranque de 2024 estén siendo aplazados. Ello hasta que no se despeje el panorama sobre esas iniciativas legislativas y cómo afectarán los costos de nómina, seguridad social y rentabilidad del sector productivo.

Esa disminución en la apertura de plazas en el remate de 2023 también está relacionada con las prevenciones de los empresarios sobre la negociación del aumento del salario mínimo para el próximo año. Las tratativas, como se sabe, comenzaron esta semana en medio de un escenario complejo, no solo por el crecimiento negativo de la economía en el tercer trimestre (0,3%) y las previsiones en torno a que este año a duras penas se llegaría al 1%, sino porque la productividad empresarial seguramente será negativa, la inflación sigue en 10,4%, las tasas de interés continúan en 13,25% y el consumo de los hogares se mantiene a la baja, entre otros indicadores clave.

Visto todo lo anterior, es claro que si bien debe reivindicarse el hecho de que el desempleo para un octubre no se ubicaba en un solo digito desde 2018, cuando fue del 9,4%, el escenario del cierre de 2023 y comienzo de 2024 no es propicio para una mejora sustancial del mercado laboral. Por el contrario, el panorama para el aparato productivo es pesimista, tal cual lo han advertido la mayoría de los voceros gremiales.

Aunque el Gobierno insiste en que ya está en aplicación un plan de choque para reactivar la economía y el empleo, que tiene a la construcción como puntal de lanza, desde el sector privado se advierte que esa estrategia no está dando los resultados esperados y, como incluso lo admitiera días atrás el propio Ministro de Hacienda, no se descarta que el último trimestre también se ubique en terreno negativo y el riesgo de recesión empiece a crecer preocupantemente.