· Francia a la derecha
· Salvavidas español a Hollande
El Gobierno de Francia reconoció que en las pasadas elecciones sufrió el rechazo de la población, lo que se tradujo en una catástrofe electoral. La derecha tradicional de Nicolás Sarkozy es la gran ganadora, al pasar a controlar gran parte de los gobiernos municipales del país, que tienen en su organización política inmenso poder. El rechazo masivo a la política socialista llevó a Hollande a modificar su gabinete y sustituir de inmediato al Primer Ministro, para nombrar a un político de ascendencia española en el cargo. Se trata de Manuel Valls. Siendo un destacado dirigente socialista se le conoce por defender políticas xenófobas que coinciden en ocasiones con la extrema derecha. Al mismo tiempo, los medios destacan que la alcaldía de París la ganó en buena lid la candidata socialista Anne Hidalgo, una dama atractiva que suele sonreír instintivamente y mostrar blancos dientes, al estilo de las mujeres de Cádiz, donde nació, que suelen ser abiertas, graciosas y comunicativas. La señora Hidalgo ganó no solamente por socialista, los ecologistas la respaldaron y parece que esos votos fueron los decisivos para triunfar. Por esas rarezas o coincidencias de la política, dos españoles de nacimiento y franceses en lo político, tendrán la difícil misión de salvar a Francia. No faltan las suspicacias y especulaciones en torno de la atípica situación.
Como Francia votó a la derecha, parece que Hollande intenta recuperar espacio político entre los electores nacionalistas o por lo menos neutralizarlos. En realidad es posible que la maniobra sea tardía, la verdad que una gran masa de franceses se siente invadida por los inmigrantes legales e ilegales, mas el rechazo a las políticas oficiales en lo económico tiene que ver en gran medida con la fenomenal derrota. Los sabuesos de los departamentos de hacienda se dedicaron a perseguir a los millonarios e inversionistas de manera implacable. Tener dinero convirtió a los empresarios en blanco de persecuciones, se aprobaron medidas impositivas expropiatorias. Varios de los más ricos que habían hecho su dinero con el sudor de la frente, de improviso se vieron condenados a perder sus fondos o salir del país, lo que hicieron varios magnates. La política de extorsión contra los ricos ha sido condenada por la oposición, puesto que se la considera que ha sido fatal para la economía nacional.
Las cifras al respecto son contundentes, la derecha sacó 45.91% de los votos. La izquierda 40.57 % y el FN, de extrema derecha, el 6.62. Participó el 63.70% de cuantos podían sufragar. Esto significa que el expresidente Nicolás Sarkozy es el gran triunfador, puesto que hizo campaña en todo el país y consiguió los resultados que le dan el control político de las regiones más importantes. Pese a que durante la campaña se revelaron algunas grabaciones que lo comprometían en escándalos, las que causaron malestar entre sus seguidores que culparon de la política sucia a los servicios secretos del gobierno socialista.
Algunos reputados académicos que conocen en profundidad la política francesa, sus recovecos y contradicciones, estiman que se vuelve a plantear la crisis del concepto de lo político que en su momento planteó Carl Schmitt, cuando señaló la debilidad del sistema demoliberal que le impedía descifrar el ethos de la hostilidad entre derechas e izquierda, que aflora en tiempos de crisis, en particular cuando el Estado se muestra incapaz de solucionar los problemas de las masas. Y la fórmula para resolverlo, por supuesto, no es más socialismo y más impuestos. La ingenuidad del Gobierno de Hollande y el desconocimiento de la naturaleza humana, lo condujeron a pensar que pellizcando a los ricos se ganaba a los pobres, sin entender que estos últimos lo que buscan es salir del bache y que un pueblo civilizado como el francés no se contenta con ver cómo le sacan el ojo al contrario, sino que exige resultados.
Los términos derecha e izquierda son relativos, dependen del momento político, se refieren a supuestos imaginarios, la derecha que ganó en Francia es tradicional y conservadora. Lo que ayer fue de derecha hoy puede no serlo. La extrema derecha del FN reclama protagonismo en la política, dado que quedó desacreditada desde los días del colaboracionismo del régimen de Vichy. Los generales ultras de Salan llevaron al poder a De Gaulle, éste le da la independencia a Argelia y persigue a la OAS.