* A 8 días de urnas Milei tiene leve ventaja sobre Massa * Indecisos y apáticos, claves en contienda presidencial
El próximo domingo se llevará a cabo el balotaje definitivo en la contienda por la presidencia de Argentina entre el candidato de derecha Javier Milei, del partido La Libertad Avanza, y el aspirante justicialista y ficha gubernamental Sergio Massa, de Unión por la Patria.
Las más recientes encuestas dan una ventaja por estrecho margen a Milei sobre el ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández y portaestandarte del peronismo de centroizquierda, quien ganó la primera vuelta por siete puntos de ventaja sobre el primero.
Además del tema típicamente político y programático, hay un pulso por el carisma de los candidatos. De Milei se dice que es teatral, apasionado y que, además de jugar fútbol en su juventud, ensayó cantar tangos, pero fracasó por su voz, un tanto chillona. Sobre su rival se resalta que no canta tangos y le agrada más la milonga, e incluso que maneja el ritmo porteño y lo baila bien, con algún toque de arrabal.
Ambos aspirantes son economistas, lo que evidencia la preocupación máxima de la población por la grave crisis financiera y productiva que vive el país. Milei llega a esta instancia electoral definitiva prometiendo la dolarización de la economía, el cierre del Banco Central y un impulso definitivo a la empresa privada para generar plusvalía y progreso social. Con una motosierra como símbolo advierte una lucha sin cuartel a los corruptos y sostiene que echará ipso facto a los empleados estatales ineficientes que, incluso, reciben cuantiosos auxilios del gobierno a cambio de votar por el oficialismo.
El neoliberalismo extremo de Milei parece ser la reacción a la pésima gestión del socialismo oficialista en el poder. No hay que llamarse a engaños: el justicialismo de Juan Domingo Perón es una fórmula política que atrae a sectores diversos y en algunos casos contrapuestos. Aquel se valió de los montoneros para combatir a las dictaduras militares, en tanto al intentar éstos copar su partido y desafiar su conducción, no vaciló en atacarlos a su arribo del exilio español. En tanto que, al persistir los choques entre la vieja guardia sindical y los montoneros, en un famoso decreto ordenó el exterminio de los terroristas. Perón dejó el país en manos de algunos delirantes que lo condujeron al desastre. Sería otro famoso peronista el que entregó las finanzas nacionales al neoliberalismo: Carlos Menem, quien se ocupó de vender y privatizar algunas de las grandes empresas estatales creadas por su inspirador.
A una semana de las urnas, las contradicciones de la política argentina son notables. Massa es ortodoxo y se compromete a seguir saldando las deudas con el Fondo Monetario Internacional, señalando que esa disciplina ha permitido conseguir que la banca internacional le dé algo de aire al país, en tanto hace eco a las opiniones de algunos banqueros que cuestionan a Milei. Sin embargo, la abultada inflación y el clima social explosivo juegan en contra del ministro-candidato.
Hay posturas divididas entre indecisos e inversionistas. Unos apoyan un plan de choque como el que propone Milei y otros temen que por esa vía se ahonde la crisis financiera y social. Los sindicatos están en alerta por la promesa de despidos en la parasitaria nómina oficial.
Los dos candidatos están de acuerdo en que Argentina debería ocupar un papel estelar en el escenario económico y político de la región, lo que no ocurre por cuanto los recursos estatales, que décadas atrás eran cuantiosos, terminaron por difuminarse a cuenta del despilfarro de los distintos gobiernos desde Perón hasta hoy. La Argentina pasa de ser un país desarrollado a retroceder dramáticamente.
Ese desencanto y desespero socioeconómico explica el por qué Milei creció de manera exponencial de la nada, ganó las primarias, encabezó las encuestas y llegó al segundo lugar en la primeva vuelta ofreciendo privatizar empresas oficiales, barrer la pesada burocracia, erradicar a los corruptos y reducir el tamaño del Estado. A muchos jóvenes les suena arriesgarse por la liberación de la economía en todos los campos, pero no pocos adultos temen que se repitan los errores de Menem y otros gobiernos.
Es claro que Milei ha recortado terreno en las últimas dos semanas, sobre todo por el apoyo del expresidente Mauricio Macri, la excandidata presidencial Patricia Bullrich y los independientes. Massa, entre tanto, concita el apoyo de la centroizquierda, los sindicatos y un oficialismo al que se acusa de estar maniobrando a punta de presupuesto para comprar apoyos a su aspirante… Las encuestas muestran, como se dijo, una leve ventaja del candidato libertario, pero las tendencias de un sondeo a otro son muy volubles. Los analistas consideran, entonces, que indecisos y apáticos terminarán por decidir quién será el ganador el próximo domingo entre dos hojas de ruta muy distintas.