- Morales podría perder presidenciales
- Indecisos tienen la clave del triunfo
Las próximas elecciones presidenciales en Bolivia cobran mayor interés en cuanto en Argentina es posible que, en la segunda vuelta, gane el candidato de la izquierda peronista Alberto Fernández, lo que determinaría que esa tendencia política izquierdista se fortaleciera en el cono sur del continente, más aún porque en Uruguay gobierna Tabaré Velásquez, del Frente Amplio, una alianza de partidos de esa ala, que incluye hasta al comunista. De allí que algunos sectores apuesten por la continuidad de Evo Morales en el país del altiplano, con el fin de formar un bloque geopolítico que haga contrapeso a los sistemas democráticos y de derecha de la región. Sin embargo, la realidad política parece pronosticar un cambio de rumbo en la nación andina.
Según una de las últimas encuestas Morales, que busca un cuarto periodo consecutivo, encabeza las preferencias de voto para el 20 de octubre con un 34 por ciento, seguido del opositor y expresidente Carlos Mesa, con 27 por ciento. De confirmarse esa circunstancia en las urnas habría un balotaje en el que, de acuerdo al mismo sondeo, el actual mandatario perdería. La clave estaría en el volumen de indecisos, que alcanza un 22 por ciento, porcentaje que se espera baje a medida que se acerque el día de los comicios.
Al decir de los analistas, la diferencia de siete puntos entre Morales y Mesa podría acortarse aceleradamente, por cuanto otros candidatos minoritarios son también de la oposición, abriendo aún más las posibilidades para la segunda vuelta. En todo este escenario es clave el tercero en las encuestas, Oscar Ortiz, adverso al gobierno y quien con 13 por ciento de preferencias electorales intenta capitalizar el descontento popular contra el sistema socialista y continuista del mandatario de origen indígena.
La ley boliviana establece que el balotaje tendría lugar si el candidato ganador no alcanza el 50 por ciento más uno de los votos válidos o, en caso de tener más del 40 por ciento de los sufragios, obtiene una ventaja menor al 10 por ciento sobre su inmediato seguidor.
En ese orden de ideas, la referida encuesta pronostica que, ante una eventual segunda vuelta, a realizarse el 15 de diciembre, Mesa se impondría con 45 por ciento frente a un 38 por ciento que alcanzaría Morales.
Mesa está consciente de sus posibilidades y por ello acelera su campaña. Durante una visita a Argentina, donde reside una considerable población de su país, reiteró su total rechazo a la postulación de Morales, quien aspira a un cuarto mandato a pesar de la expresa prohibición constitucional. Como se sabe en Bolivia está prohibida la reelección indefinida pero Morales, incluso contrariando un referendo de 2016, alegó, insólitamente, que el país se había reconstituido y era un derecho humano del gobernante hacerse elegir cuantas veces pueda. Mesa también recalcó sobre los crecientes problemas fiscales, el aumento de la deuda y el efecto negativo de la caída de los precios de las materias primas.
Morales, a su turno, encabeza una agresiva campaña publicitaria, en la que aparece incluso disfrazado de bombero, queriendo posar de ambientalista en medio de la coyuntura por los incendios en la Amazonía boliviana. Sus contrincantes dicen que es una farsa, por cuanto el Presidente solía apoyar las quemas de bosque para ampliar las zonas de cultivos.
La antesala electoral también se impactó como consecuencia de la renuncia a la candidatura, primero, del expresidente Jaime Paz Zamora, ante lo cual apareció en el panorama el médico coreano-boliviano Chi Hyun Chung, a nombre del Partido Demócrata Cristiano. Pero sobre él se hacen múltiples cábalas e incluso acusaciones en torno a que ‘compró’ su postulación, señalamiento que rechaza con vehemencia. Sin embargo esta semana se quedó sin fórmula vicepresidencial, que renunció en medio de graves críticas al aspirante.
Aunque Chi Hyun Chung se mantiene en campaña y sigue agitando su eslogan de “Chy puede”, afirmando que llevará a Bolivia el modelo coreano de desarrollo, lo que le permitió al país asiático dejar de ser uno de los más atrasados del planeta, lo cierto es que los analistas le ven pocas probabilidades. Aun así sus seguidores consideran que en pocas semanas podría crecer en las encuestas y restar votos a sus contendores, lo que impactará tanto la primera como la segunda vueltas.
Como se ve, el panorama político en Bolivia está muy competido. Por primera vez Morales ve cerca la posibilidad de salir del poder, ya que los sectores que consideran que el país debe cambiar de rumbo son muy fuertes y podrían imponerse, sobre todo a la hora del balotaje. Si ello es así, el escenario geopolítico latinoamericano cambiaría, pues la izquierda, que ha dominado la nación del altiplano en la última década y media, saldría del panorama, así asome de nuevo en Argentina.