- Avanza regulación de precios de medicamentos
- Una política que sí ha dado resultados concretos
Uno de los hechos más importantes en el arranque de este año ha sido, sin duda, que un nuevo grupo de medicamentos entró en la política de regulación de precios que viene aplicándose desde hace varios años.
Según se informó, la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y Dispositivos Médicos expidió una nueva circular fijando el precio de 770 presentaciones comerciales de fármacos para tratamientos de diabetes, enfermedades respiratorias, óseas, oncológicas, desórdenes metabólicos así como afecciones cardíacas, oftalmológicas y urológicas, entre otras patologías. De acuerdo con la cartera de Salud, esta nueva regulación reducirá, en algunos casos, hasta en un 84 por ciento el precio que paga el sistema de salud por esos medicamentos y ello generará un ahorro anual de 320 mil millones de pesos.
Hoy por hoy es claro que la política de control de precios de los medicamentos es una de las medidas más eficaces de la última década, a tal punto que se pueden destacar tres resultados positivos de alto calado.
En primer lugar, el valor que el sistema de salud paga por un buen número de medicinas a sus productores y comercializadores ha disminuido sustancialmente, generando un alivio financiero importante. Esto es clave en un país en donde se evidenció que algunos laboratorios farmacéuticos o las empresas que comercializaban sus productos le cobraban al sistema de salud colombiano precios que superaban dos, tres, cuatro o más veces el valor de origen en el punto de fábrica o el que regía en otros países latinoamericanos. En otros casos fue evidente que era imposible financiar el valor cobrado, por más ajustado a la realidad que estuviera.
A hoy, de acuerdo a las cifras del Ministerio, ya se han incorporado a control directo de precios casi 2.500 presentaciones comerciales de medicamentos, que solo este año generarán ahorros estimados en 1,2 billones de pesos. Si se tiene en cuenta que este programa lleva varios años, bien se podría afirmar que ese monto ya supera los 5 billones de pesos.
En segundo lugar es obvio que la política de control de precios de medicamentos se encuentra hoy blindada, ya que ha logrado superar una gran cantidad de demandas y recursos jurídicos a nivel local e internacional ante distintas instancias, incluyendo las referidas al contrapunteo entre drogas de marca y las genéricas.
No hay que olvidar que cuando comenzó a aplicarse esta regulación, desde la propia industria farmacéutica se llegó a advertir que la Nación tendría que pagar millonarias sumas de compensación a los laboratorios y comercializadores, por lo que, al final, lo que se ahorraría el sistema al adquirir las medicinas más baratas sería inferior a lo que el erario tendría que sufragar al perder las demandas. Esto último no ocurrió pese a que se amenazó incluso con llevar a Colombia ante la Organización Mundial del Comercio o demandarla por incumplir tratados de libre comercio con algunos países. Hoy ya la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y Dispositivos Médicos tiene una experticia muy amplia y blindada al respecto, que incluso ha sido copiada en otras naciones.
Y, por último, la política de control de precios de medicamentos ha permitido avanzar lenta pero sostenidamente en el saneamiento financiero de un sistema que siempre tiene las alertas prendidas por riesgos de desfinanciación y billonarias deudas acumuladas entre Empresas Promotoras de Salud (EPS), Instituciones Prestadoras de Salud (clínicas y hospitales de la red pública y privada) y el fondo cuenta que administra los recursos sectoriales. De igual manera, el rol fiscalizador del Estado en el sistema se ha consolidado poco a poco, pues esa regulación sobre los valores de las medicinas y los dispositivos médicos dio vía libre a otros controles, como el aumento de la capacidad sancionatoria de la Superintendencia de Salud, metas más exigentes en cuanto a cobertura, procedimientos más expeditos para liquidar o restringir EPS e IPS deficientes y, sobre todo, imponer el factor de calidad en la atención al usuario como el indicador prioritario.
Es claro, y sería ingenuo negarlo, que el sistema de salud en Colombia arrastra todavía una gran cantidad de problemáticas coyunturales y estructurales. Pero también es evidente, que hay una serie de correctivos que sí han dado resultados positivos, y entre ellos se encuentra, precisamente, el del control de precios de los medicamentos. Lo importante es seguir por la misma senda de mayores regulaciones e indicadores de calidad para que, en el corto plazo, la atención médica a los colombianos mejore de forma sustancial e irreversible.