En los últimos años se ha visto un notable crecimiento de todos los componentes que tienen relación con la actividad turística, a escala nacional e internacional. En todas las ciudades colombianas surgen complejos hoteleros con arquitectura de avanzada, algunas como Cartagena, también Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali, las del Eje Cafetero y otras son destinos predilectos de muchos viajeros locales y foráneos. En países vecinos como Panamá el salto en infraestructura hotelera y centros de negocios, comerciales y bancos ha sido de grandes proporciones.
En lo relativo a empresas áreas, la mayor demanda de sillas presiona ensanches en las flotas, como ocurre con Avianca que moviliza millones de pasajeros. Los continuos pedidos de aeronaves de las diferentes empresas comerciales de aviación impulsan la industria aeronáutica. Está en auge el transporte aéreo lo que ha derivado en alza de tarifas; la época de promociones pasó. No parece que a las aerolíneas les haya afectado mucho la crisis económica en Europa y aun en Estados Unidos, potencia que apenas está recuperándose y en eso está empeñada la administración Obama, a la que más le interesa lo interno, por lo cual se realiza enorme esfuerzo en disminuir la dependencia del petróleo importado.
Otra industria que progresa y realiza multimillonarias inversiones y depende del turismo es la de las navieras. Las grandes firmas mundiales de cruceros son optimistas por la bonanza que experimentan. El número de pasajeros aumenta y este año los augurios son favorables respecto de incremento de más turistas en cruceros. Es explicable que cada vez más personas quieran darse su paseo en transatlántico. Estos barcos son verdaderos palacios flotantes, con la última tecnología, comodidades, excelente comida y diversiones de toda clase. Para un viajero, una pareja o una familia, es experiencia inolvidable un viaje por mar en modernos buques.
En general hoy la actividad turística en todas sus áreas: hoteles, infraestructura, gastronomía, transporte terrestre, aéreo y marítimo, es pujante y las perspectivas para los años venideros se advierten halagüeñas. No hay que olvidar también que es generadora de muchos puestos de trabajo. Y esto es muy positivo para las economías de todas las naciones. Los ingresos por concepto de turismo son cuantiosos. En Colombia se requieren más estímulos a la industria del turismo y promoción de tantos lugares con muchas atracciones naturales con que contamos. San Andrés, por ejemplo, debiera ser un polo turístico de primer orden a escala regional y mundial. Pero se requiere modernizar su infraestructura física, desde luego preservando lo autóctono, que es lo que más atrae a los visitantes; igual otros lugares hermosos, tanto en la costa del Pacífico como en la del Atlántico. Hay que aprovechar el cada día mayor movimiento de viajeros de todas partes del mundo.