Que Colombia es un país de regiones y que la acción del Estado y de los gobiernos de turno, como sus principales brazos ejecutores, debe encuadrarse dentro de esa realidad política, económica, social y poblacional, es una premisa que muchas veces se ha repetido en el país, sobre todo después de la entrada en vigencia de la Constitución de 1991, pero que, en la práctica, poco se ha visto reflejada.
Tras la aprobación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT), desde estas páginas en muchas ocasiones se ha insistido a los departamentos y municipios que dejen atrás esas visiones aislacionistas en sus planes de desarrollo así como en sus programas y obras de alto calibre, para enfocarse en asociaciones regionales con las jurisdicciones vecinas, lo que asegura no sólo que el ámbito y cobertura de sus proyectos sea de mayor impacto y beneficio, sino que les permite a los mandatarios seccionales y locales una posición de vocería y negociación mucho más seria y sólida ante el Gobierno nacional y las entidades del orden central.
De allí que celebramos lo que ayer ocurrió en el emblemático Puente de Boyacá, en donde los mandatarios de Cundinamarca, Boyacá, Meta, Tolima y el Alcalde de Bogotá suscribieron el convenio interadministrativo de creación de la primera Región Administrativa de Planificación Especial (RAPE) Central.
Según los gobiernos seccionales y Distrital la constitución de la RAPE permitirá concretar más de 23 proyectos de alto impacto, algunos de los cuales ya están en ejecución, como lo son la navegabilidad del río Magdalena, Transmilenio Bosa-Soacha, sistema Férreo Ligero Urbano Regional y otros más que tienen que ver con la sostenibilidad ambiental, la gobernanza del agua y la ocupación del territorio.
Lo importante, ahora, es que la RAPE, que recibió primero el visto bueno de la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado y luego de las respectivas asambleas departamentales y el Concejo Distrital, se estructure rápidamente y comience a funcionar de manera tangible.
Este ejemplo debe ser seguido por otros procesos para crear sus RAPE en regiones clave como el Pacífico, el Caribe y la del Eje Cafetero.