Con la elección de Óscar Iván Zuluaga, como candidato del Partido del Centro Democrático, que capitanea el expresidente Álvaro Uribe, arranca la campaña a la Presidencia, en momentos en que los sondeos de opinión le dan un 17% a ese partido. El resultado de la convención del CD no sorprendió, pese a que un sondeo del día anterior le daba la preferencia a Pacho Santos. Sondeo que se hizo por fuera del universo de la convención. Soltar esa información en ese momento crucial podía favorecer o perjudicar al precandidato puntero por fuera del evento, puesto que según las reglas cada uno tenía 150 delegados, esa condición presionaba al candidato que se viera con menos apoyo entre el resto de convencionistas a optar por apoyar a uno de los otros dos. Así que la decisión dependía de ese factor y del influjo de Uribe. El compromiso previo de los tres en el sentido de apoyar al ganador evitaba la fractura temporal del nuevo movimiento, sin dar tiempo de formar una fuerza disidente importante por estar tan cerca la campaña presidencial.
El expresidente Álvaro Uribe jugó un papel determinante en el evento proselitista, hablando varias veces, ocupándose personalmente en los detalles, conciliando, definiendo reglas, presentando a unos y otros, limando asperezas, acallando a los perturbadores y agilizando la reunión cuando amenazaba anarquizarse. Su discurso se centró en los argumentos básicos que ha venido desarrollando en su constante movilización por el país y en los medios de comunicación; particular énfasis le mereció la defensa del Fuero Militar y el compromiso de restablecer el mismo en el próximo gobierno. El expresidente confirmó ser el motor de la convocatoria y que seguirá muy activo en la política. Sus temas fueron los mismos de siempre, con más énfasis en la seguridad democrática, el combate al terrorismo y el rechazo al fallo de la Corte Internacional de La Haya. Lo mismo que salió de frente contra el referéndum por la paz, que será el caballito de batalla del momento, dado que coincide con el debate electoral y las elecciones. El más reciente sondeo le da un 17% al CD y un 16% al partido liberal. La U el 13%.El Partido Conservador el 5%. El Partido Verde, hoy dividido el 5%. Cambio Radical 2%. Mira 2%. Es factible que una sea la preferencia por Uribe y otra por su partido o su candidato, lo que se aclarará en el futuro. El 2% del Partido Cambio Radical contrasta con la elevada popularidad de Germán Vargas Lleras, quien puntea en todas las encuestas sin estar en la lid, puesto que tiene un compromiso solemne con Juan Manuel Santos, de respaldarlo hasta el final si es candidato y apenas en caso que resigne la relección lanzarse al ruedo.
Es evidente que las distintas fuerzas contestatarias que se mueven en el panorama político pueden jugar un gran papel en una alianza futura o en la segunda vuelta, así de momento no tengan el potencial para derrotar al oficialismo, que espera repuntar cuando Santos se lance, en tal caso el margen de un 30% de la población indecisa jugará un papel fundamental. Como se recuerda el Partido Verde arrancó en minoría y terminó disputando con posibilidades la Presidencia de la República. Es de anotar que el Partido del CD, aún está en formación y puntea en las encuestas, lo que demuestra que existe una clientela política que se mueve con independencia y busca nuevas opciones electorales. Lo que se constituye en el gran enigma que no consiguen desentrañar los expertos en auscultar por anticipado las oscilaciones de la opinión pública. En lo que coincide la mayoría de los analistas es en reconocer que con el establecimiento dividido en lo electoral y en cuanto a temas de fondo sobre gobernabilidad, una tercera opción podría intentar irrumpir como ha pasado en el resto de Hispanoamérica.
En cuanto al Partido Conservador, que aparece a estas alturas cuando falta tan poco tiempo para las elecciones con un 5%, pese a su potencial parlamentario y contar con los más talentosos, curtidos y hábiles barones electorales, que se dan el lujo de sostener que no se debe tener candidato presidencial y que ellos se bastan solos, está en el caldero y muchos podrían quemarse de no reaccionar a tiempo, más cuando la campaña se polariza, como lo ratifican los duros ataques del presidente Santos contra Uribe y a la inversa. El Partido Conservador semeja un Titanic donde todos saben que la nave amenaza hundirse y nadie hace nada. Más grave en cuanto buena parte del conservatismo y de nuestras tesis están en otras toldas y el mismo candidato del CD es de origen conservador. Esas fuerzas de derecha y del centro, por la indefinición perniciosa no las ha sabido atraer el partido.